Finalmente, River gritó campeón. Atrás quedan las lesiones, los expulsados, y los jugadores que no pudieron estar. Atrás quedaron muchas cosas, pero si el Millonario se coronó con tres partidos de anticipación fue porque algunos solo eligen mirar para adelante. Como Julián Álvarez; quien con sacrificio y lucha logró convertirse en el as de espada para Gallardo.
El pibe de Calchín festejó un nuevo título con River y terminará, en unas semanas, un torneo único e irrepetible. Esos que te catapultan, que te cambian la vida para siempre. Y es que el pibe de solo 21 años fue quien ordenó y guió al equipo de Gallardo en todo momento; juegue bien o mal, el Millonario encontró en él la solución.
Pese a que en las primeras diez fechas, jugó en siete, de la Liga Profesional de Fútbol solo había convertido dos goles (uno a Godoy Cruz y otro a Aldosivi), la convocatoria a la Selección para la triple fecha de septiembre pareció haberle cambiado la cabeza a Julián ya que una vez que regresó se puso intratable.
River sonríe y disfruta al goleador (Getty)
Tan así es que desde el partido con Newell’s el 19 de septiembre en Rosario, donde marcó dos tantos y dos asistencias, Álvarez metió 14 goles y 6 pases de gol en apenas diez partidos disputados. Vale destacar que se perdió el juego con Banfield por estar en la Selección.
Con 17anotaciones, y siendo el goleador del campeonato, en el trayecto de Álvarez pueden destacarse el partido con Boca, donde clavó un doblete y fue la figura de la cancha, o los juegos ante San Lorenzo y Patronato donde se llevó la pelota a casa convirtiendo tres y cuatro goles respectivamente.
Esta evolución de Álvarez desde su regreso de la Selección en el partido con Newell´s coincide con la decisión de Marcelo Gallardo de ponerlo como el centro delantero del equipo tras la operación de Suarez. En esta posición, la Araña encontró un nivel superlativo.
Con el interés de varios gigantes de Europa cargando en su espalda, a Julián le sobraron tres partidos para ser el mejor jugador de la Liga Profesional de Fútbol. Sin embargo, y teniendo en cuenta que la presión ya se fue, es muy probable que el pibe calchín siga rompiendo redes.