No es ninguna novedad el hecho de que Argentina es uno de los países sudamericanos de mayor peso específico en el marco de la Copa del Mundo, el certamen futbolístico más importante de todos. Sin ir más lejos, el combinado Albiceleste se hizo con el título en dos oportunidades, igual que Uruguay y solamente por detrás de Brasil.
1978 y 1986 fueron los eventos que derivaron en la consagración argentina. Pero, al mismo tiempo, también accedió a otras tres finales: en 1930, 1990 y 2014. De tal manera, la Albiceleste suele dar el presente. De hecho, su última ausencia en la Copa del Mundo se dio hace nada más ni nada menos que 51 años, en la edición de México 1970.
En total, Argentina participó de 17 Mundiales. Es decir que solamente faltó en cuatro ocasiones, entre las cuales tres de ellas el motivo de su ausencia fue un retiro voluntario. Nos referimos a Francia 1938, Brasil 1950 y Suiza 1954. Un saldo netamente favorable para uno de los países donde el fútbol se vive de manera más apasionada.
El primer Mundial
La final entre Argentina y Uruguay, en 1930.
En 1930, la Albiceleste debió cruzar el charco para presentarse en Uruguay, uno de sus principales rivales en aquellos momentos. Lo hizo como serio candidato al título y lo cierto es que cumplió: completó una muy buena campaña y se le terminó escapando el festejo en la gran final desarrollada en Montevideo, donde el local se impuso por 4-2.
El primer fracaso rotundo
Argentina subestimó a Checoslovaquia y lo pagó caro.
Al Mundial de Suecia 1958, Argentina llegó como candidato principal y con un plantel plagado de estrellas. Sin embargo, se subestimó a varios rivales y el resultado fue lapidario. El combinado sudamericano solo ganó un partido y perdió los dos restantes, siendo eliminado rápidamente. Se destaca, por supuesto, la paliza sufrida ante Checoslovaquia por 6-1.
El Mundial de la polémica
La polémica expulsión a Antonio Rattín.
Inglaterra 1966. La Selección Argentina acudió en un gran momento y con serias aspiraciones. Superó una zona compuesta por Alemania Federal, España y Suiza sin mayores inconvenientes, ganando dos partidos y empatando uno. Luego, en cuartos de final, chocó con el local y se produjo uno de los episodios más polémicos recordados en los Mundiales, con la expulsión de Antonio Rattín.
El anhelado título
Argentina, campeón del mundo por primera vez.
Luego de mucho tiempo de espera, Argentina organizó su Mundial en 1978. Y lo hizo sabiendo que el título no podía escaparse en casa. De la mano de César Luis Menotti y de nombres realmente destacados, la Albiceleste completó un gran campeonato y se terminó quedando con su primera Copa del Mundo al vencer a Holanda por 3-1 en la final disputada en la cancha de River.
El segundo fracaso doloroso
Argentina llegó como favorito pero fracasó rotundamente.
Tras la victoria en 1978, Argentina se consolidó como una auténtica potencia. Encima, a ese equipo campeón del mundo se sumaron dos jóvenes talentos como Diego Maradona y Ramón Díaz. Lamentablemente, el desenlace no fue el esperado y ese plantel plagado de estrellas quedó eliminado antes de tiempo, perdiendo con Italia y Brasil en segunda fase.
La segunda conquista
El gol de Jorge Burruchaga en la gran final.
Y finalmente llegó el título fuera de casa. En 1986, con un cuestionado Carlos Salvador Bilardo, Argentina viajó a México apoyándose en la figura incuestionable de Diego Maradona. El resto es historia conocida: Pelusa se despachó con la mejor actuación de un futbolista en toda la historia de la Copa del Mundo y condujo al equipo hacia la gloria total.
A las puertas de la gloria
Argentina, a nada del bicampeonato. (Foto: Getty)
El equipo campeón del mundo en 1986 se presentó en Italia buscando alcanzar su primer bicampeonato. Lo hizo con un Maradona más maduro pero no tan pleno desde lo físico. A eso se le sumó un Claudio Caniggia intratable. En ese contexto, Argentina no brilló prácticamente en ningún partido pero accedió a la final donde cayó, de forma polémica, frente a Alemania.
El tercer fracaso contundente
Una imagen que vale más que mil palabras. (Foto: Getty)
Entre 1999 y 2001, Argentina fue una auténtica aplanadora. Con Marcelo Bielsa en el banco de suplentes, el equipo fue una máquina que no tuvo piedad con ninguno de sus rivales. Brilló en las Eliminatorias pero luego, en Corea-Japón 2002, el seleccionado Albiceleste no encontró el rumbo y tampoco contó con fortuna: fue eliminado en primera fase.
Otra vez, a un paso del primer puesto
Una de las postales más dolorosas. (Foto: Getty)
¿Qué mejor que ser campeón del mundo y en tierras brasileñas? Con esa premisa y con el objetivo de que Lionel Messi levante el trofeo que hasta el momento era esquivo, Argentina fue de menor a mayor y terminó acuediendo a la final tras dejar en el camino a equipos como Suiza, Bélgica y Holanda. Más tarde, en el partido decisivo, fue más que Alemania pero, por diversos factores, se quedó con las manos vacías.