La historia de mayor resiliencia de los últimos tiempos en el fútbol mundial la tiene Ángel Di María. Fue resistido, fue insultado, fue maltratado por los hinchas argentinos pero él siguió insistiendo y finalmente, tuvo su recompensa siendo vital.
Su golazo contra Brasil en la final será recordado toda la vida por haber sido el único en el partido donde se logró arrebatarle el título de la Copa América al Scratch en su propia casa y siendo favoritos. Pero no es cosa de una sola noche un gol así en una final para el Fideo.
Ya lo había hecho en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, donde en la final por la medalla de Oro contra Nigeria, Ángel Di María convirtió un gol muy similar al de anoche en el Maracaná. Sobre esto habían dialogado él y su esposa, Jorgelina Cardoso, en la previa de la final, sin saber que estaban presagiando lo que sucedería.
Vía WhatsApp, tuvieron una conversación que ambos difundieron con una gran alegría: “Vos te imaginás ir empatando y que entres y hagas el gol de la victoria, y encima picadito como en la final contra Nigeria?” abrió la pregunta de Jorgelina Cardoso. A lo que luego el Fideo completó: “Y si soy titular también puede pasar amor. Todo puede pasar, solo Dios sabe”. Increíble.
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Ante la locura de haberlo anticipado entre los dos, Di María posteó la historia de Instagram de su esposa, que contenía los chats, diciendo: “Como lo dijimos mi vida. Dios sabía todo y estaba todo escrito. Lo tenía preparado así. No tengo palabras para describir esta felicidad“. Absolutamente toda de ustedes dos, Fideo y Jorgelina.