La llegada de Luis Suárez a Nacional de Uruguay se asemeja más a la llegada de una superestrella del rock que a la de un jugador de fútbol. El movimiento colectivo y ciudadano ha trascendido los colores del Tricolor, Suárez es el ídolo de una generación que no lo vio jugar en canchas charrúas.

Luis Suárez llegó al rededor de medio día a Montevideo, pero desde muy temprano los alrrededores del aeropuerto Carrasco estaban colapsados por hinchas y personas que querían ver de cerca a su gran ídolo. Es que no solo los hinchas de Nacional lo idolatran.

El Pistolero ha tenido una carrera brillante y hay una masiva generación de fanáticos que han crecido viendo la mejor versión de Suárez en Europa, Liverpool, Barcelona, los dos clubes que han disfrutado los mejores años de Suárez, por eso para algunos es difícil asimilarlo ahora como un rival.

La ciudad sabe que ha ganado también, el comercio de la calle, el merchandising, por donde camine Suárez habrá todo tipo de utilitarios con la cara del goleador, se venden tazas, poleras, almohadas, cojines, cuadros y todo lo que nos podamos imaginar en toda la ciduad, sobre todo en las cercanías del Gran Parque Central, donde Lucho será presentado oficialmente, con un show montado para el evento. 

 

Artistas invitados, un estadio lleno y un Uruguay conmocionado con la llegada de una de sus grandes glorias aún en vigencia y sabiendo que será uno de los encargados de llevar a la Celeste a buscar superar sus mejores puestos en el Mundial de Qatar 2022.

Así ha sido recibido así, con una locura desbordada y pocas veces vista en Sudamérica por un futbolista, apenas salió del aeropuerto en una combi tuneada para la ocasión y que lo llevará, a la fue su primera casa en el fútbol, la gente deliró por él, cantos, gritos, llanto, emociones.

El fútbol uruguayo sabe que con la llegada del nuevo nueve de Nacional, hay un salto de calidad, exigencia y exposición, que deberá saber aprovechar en estos seis meses, Montevideo ya le dio la bienvenida a una estrella mundial.