Justo en el día en el que se cumplen 20 años de su muerte, Infobae publicó una reveladora historia sobre el suicidio de Mirko Saric, aquel talentoso zurdo surgido de las inferiores de San Lorenzo que se quitó la vida tras una lesión que frustró su pase al Real Madrid. Fue hallado por su madre ahorcado en su cama y, hasta el momento, se creía que los motivos de su decisión formaban parte, en gran parte, de su mal momento futbolístico.

"Yo sabía que Mirko no estaba bien pero jamás pensé que pudiera tomar semejante decisión”, dijo Ivana, su mamá, quien en los años posteriores perdió también a su marido.  "Yo sabía que no estaba tomando la medicación, pero esa noche antes de irme a acostar le dije: ‘Mirko, todo tiene solución en la vida menos la muerte’. ¿Sabés que me contestó?: ‘¿Acaso sos bruja que me leés la mente?’", contó en diálogo con el medio argentino.

A aquella transferencia fallecida al club blanco se le sumó una rotura de ligamentos que lo mantuvo tiempo alejado del fútbol y un choque con su auto que, en principio, parecía un tema fácil de resolver. Sin embargo, parece que la cabeza del futbolista estaba puesta en otro lado:  "Te voy a contar algo que nunca dije: Mirko estaba feliz porque había sido papá. Era una chica del barrio y nosotros sabíamos cómo se manejaba ella cuando él estaba concentrado… siempre la enganchaban con muchos pibes".

Ivana le insistió a Mirko: él debía hacerse un ADN para asegurarse de que el pequeño era hijo suyo. Si bien aseguró que "nunca lo presionó" para que esto sucediera, Saric accedió y allí llegó la gota que rebalsó el vaso: "Mirko estaba seguro de que ese chico era suyo, me decía que era chuequito como él. Estuvo al lado de la madre todo el embarazo, y cuando nació, le cambiaba los pañales, le compraba de todo. Un día me llama con voz de ultratumba y me dice: ‘Mamá, venite urgente para casa’. Cuando llego me muestra los resultados y me dice: ’¡Tenías razón mamá!'. Dio negativo". 

Su hermano, hoy entrenador del Senior de San Lorenzo, habló del accionar del club en aquel entonces: "Mi hermano estaba muerto en vida. No le resultaba fácil ir al club. En esa semana nos íbamos a ver en Paraguay, porque San Lorenzo jugaba con Cerro Porteño. Pero (Oscar) Ruggeri no lo citó y eso, de alguna manera, fue la gota que llenó la copa. Yo lo esperaba con ansias para charlar y aconsejarle que se fuera a jugar a otro país y que rehiciera su vida, con ella o solo. Pero no pude verlo. Estaba entrenando cuando me avisan que Mirko tuvo un accidente. Nadie me decía nada. Luego me llevaron al aeropuerto y justo me encuentro con un remisero que me dice: ‘Qué desgracia cómo se mató tu hermano’. Me agarró la locura y empecé a romper todo". 

"Me decía ‘No me puedo sacar esta mina de la cabeza’. Durante ese sábado y domingo se la pasó saludando a sus amigos y familiares. No nos dimos cuenta, pero fue como que empezó un tour de despedida. [...] A la noche bajó a comer y nos dijo en la mesa: ‘Ustedes son unos padres maravillosos, pero mi problema no tiene solución’. Se fue a acostar y jamás lo volví a ver", cerró Ivana, quien intenta convivir con el dolor con la ayuda de sus nietos.