A diferencia de lo que sucedió en temporadas anteriores, Paris Saint-Germain no hizo pesar de la misma manera su poderío y su jerarquía individual. Sin ir más lejos, el equipo ahora comandado estratégicamente por Mauricio Pochettino arribó a la última jornada de la máxima categoría del fútbol de Francia sin depender de sí mismo para ser campeón.

Sucede que los capitalinos llegaron a esta última jornada un punto por debajo de Lille, de sorprendente campaña en la Ligue 1 de Francia. Pero, lejos de bajar los brazos, Paris Saint-Germain afrontó el compromiso como visitante de Brest con la ilusión intactada poder quedarse con una nuevo título en el ámbito doméstico, aunque no sea nada fácil.

En medio de ese panorama, la situación más clara de la recta final del partido fue para los visitantes. Es que el árbitro sancionó penal en favor de Paris Saint-Germain, y, como no podía ser de otra manera, quien se hizo cargo del mismo fue Neymar. De todas maneras, para sorpresa de todos, el astro brasileño resolvió muy mal y la tiró afuera.

A partir de allí, el nerviosismo se adueñó de los de Pochettino. Igualmente, cuando transcurrían jugados 37 minutos del primer tiempo, Ángel Di María se hizo cargo de la ejecución de un tiro de esquina desde la derecha y terminó marcando un golazo olímpico espectacular que le dio tranquilidad a PSG y que lo convirtió en candidato al Puskas.