-¿Te acuerdas del Chatón Enríquez?
-Sí, un calvo. Jugaba en Chivas, ¿no?
-Ese mismo.
-¿Qué pasó con él o qué?
-No sé, pero me acordé de él ahora que la selección ganó bronce en Tokio 2020. Ese chavo fue medalla de oro en Londres 2012.
Poner ese nombre sobre la mesa obliga a preguntarse dónde está, qué fue de él después de subir al podio olímpico para morder con gusto su presea dorada en señal de orgullo. En ese instante, como suele ocurrir con los jugadores juveniles mexicanos, medios y afición de inmediato pidieron que partiera al futbol europeo.
Y así sucedió, pero a destiempo. Más por la espina clavada de cumplir con el sueño de llegar a Europa que por las condiciones propias de su nivel futbolístico, Enríquez preparó su maleta en 2018 para ir a Chipre y vestir la camiseta de AC Omonia Nicosia durante 10 meses. Pero el deseo de trascender, o por lo menos de intentarlo, lo llevó a quedarse en Europa, específicamente en España, donde encontró una puerta abierta en Salamanca CF UDS.
La experiencia europea duró casi dos años con 18 partidos jugados. Con la anécdota de haberse cumplido ese objetivo, ‘Chatón’ retornó a México para sufrir las desavenencias que imperan en las estructuras del futbol nacional. Imposible imaginar que iba a ser víctima de un proyecto que nació muerto, tal como fue el caso del Club Veracruzano de Futbol Tiburón de la Liga de Balompié.
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¿Tenía Enríquez potencial para triunfar en Europa?
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Enríquez fue despedido de una forma inverosímil e ingrata: le pidieron desalojar las instalaciones de entrenamiento diciéndole que no era bienvenido en el club porque fue un refuerzo solicitado por Gustavo Matosas, entrenador que dejó su cargo antes de iniciar su gestión.
Con ese panorama poco grato a cuestas, ‘Chatón’ se reencontró nuevamente con el balón para patearlo actualmente como titular con Venados de Mérida en la Liga de Expansión MX. Paradojas del futbol, el jugador vuelve a sentirse trascendente en una liga sin derecho al ascenso.
Sin embargo, a pesar de su presente y el desconocimiento que se tiene acerca de él, Enríquez siempre será el chico que ganó oro con México en Londres 2012. Como referencia histórica o recuerdo vivo de aquel instante olímpico, su nombre alcanzó un estatus que no cualquier futbolista logra, entiéndase la inmortalidad que concede el deporte a través de éxitos que en ocasiones son irrepetibles.
Irónico quizá, pero así como ha estado en el momento equivocado y en el lugar equivocado en el pasado inmediato de su carrera, ‘Chatón’ lo estuvo en el momento exacto y en el lugar exacto. Londres 2012 no se olvida.