No todos los deportistas tienen el privilegio de vivir del deporte. Algunas disciplinas no otorgan tanto dinero y los atletas intentan buscar más ingresos con otras actividades. Este fue el caso de Cecilia Sopeña, ciclista española que intercalaba el pedaleo con las clases como profesora de matemáticas hasta que decidió dejar ambas profesiones para dedicarse a Only Fans.
A Sopeña no le iba nada mal como ciclista. Fue subcampeona Regional de pista en 2017 y 2018, medalla de plata en la persecución por equipos en pista 2015 y campeona Regional de CRI (Contrarreloj Individual) en 2014. Además, registró más de 100 victorias y se había construido un nombre importante. No obstante, en el medio decidió probar suerte en la mencionada plataforma para adultos, y todo cambió.
@cecilionca
Cecilia se hizo muy viral por su contenido y hasta llegó a autodenominarse como “una actriz porno de autogestión propia”. Sin embargo, lo que en un momentó disfrutó ahora se convirtió en su peor pesadilla y exigió borrar su pasado erótico a través de la ley. Más precisamente el ‘derecho de olvido’, amparada por el artículo 17 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea.
En un extenso comunicado a través de su cuenta de ‘X’ (Twitter), la ciclista advirtió: “A partir de ahora, todo lo que circule fuera de lo autorizado -por mínimo que sea- entrará en un proceso judicial amparado por la ley. No es amenaza. Es orden. Es protección”. En la misma línea, dejó asentado: “Es mi derecho a eliminar de Internet todo aquello que ya no refleja quién soy ni cómo deseo ser recordada”.
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El comunicado completo de Cecilia Sopeña
A todos los que hoy leen estas palabras:
He hecho público mi decreto de cambio de vida. He elegido el camino recto, digno y consciente, y eso exige que se respete el Derecho al Olvido, el Derecho al Honor y el Derecho a la Intimidad, amparados por la Constitución Española (Art. 18) y el Reglamento General de Protección de Datos. Esto no es una opinión: es ley.
Comentar mi presente con faltas de respeto, desprecio o referencias a mi pasado con el fin de humillar o desacreditarme es un acto de violencia digital. Es un delito que deja rastro y que puede ser perseguido legalmente.
A quien me ataca: lo que escribes dice más de ti que de mí.
Es la Ley del Espejo: tus palabras son reflejo de lo que llevas dentro. Si tu vida está vacía o frustrada, tus comentarios serán veneno; pero ese veneno no me hiere, solo revela ante todos la amargura que te gobierna.
Al comentar mi cambio de vida desde el odio, lo único que consigues es darme más relevancia y quedarte tú sin nada que aportar.
A quien me apoya: gracias por caminar conmigo.
Ser capaz de cambiar de dirección, crecer personal y espiritualmente, y elegir la paz sobre el ruido, merece orgullo y respeto. Nadie tiene derecho a pisotear a quien ha decidido evolucionar.
Hoy no estoy sola. He sufrido en silencio durante años ataques, acoso y desprecio. Pero hoy, con la frente en alto, puedo decir que elegir la luz y apartarse de la oscuridad es el mayor acto de valentía que existe.
No escribo esto para que me tengan lástima. Lo escribo para que cada palabra sea un espejo donde se mire quien comenta con odio… y ojalá ese reflejo le haga cuestionarse su propia vida.
No se arrastra a quien ya ha decidido volar
A los que insisten en recordarme mi pasado: ¿qué ganan?
He dejado esa vida atrás por decisión propia, con la cabeza alta y un camino nuevo que estoy construyendo día a día. No tengo nada que esconder, pero tampoco nada que demostrarles.
El Derecho al Olvido y el Derecho al Honor no son caprichos: son leyes que protegen a cualquier persona de ser humillada por algo que ya no forma parte de su vida. Seguir atacando a alguien que ha cambiado es como lanzar piedras a una casa que ya está vacía: solo revela la miseria de quien las lanza.
¿Por qué les interesa tanto arrastrarme por los suelos justo ahora que me he levantado?
Si de verdad crees en la moral que predicas, deberías aplaudir a quien decide crecer, no intentar hundirlo otra vez en el barro.
Yo he elegido la paz.
Y la paz no es cobardía: es tener el valor de no responder con el mismo odio que recibes. Pero no confundas mi silencio con indefensión: tengo la ley, la verdad y mi nueva vida de mi lado.
A quienes me apoyan, gracias por no dejar que las voces del pasado tapen el presente que estoy creando. A quienes todavía me atacan, les dejo esta frase para que la piensen bien antes de escribir:
“Nadie que haya elegido volar se queda a discutir con quien quiere arrastrarlo”.
