Lo que hizo la Selección mexicana de futbol en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fue verdaderamente histórico: al igual que en Londres 2012, estuvo más que a la altura de las circunstancias y, con un rendimiento alto de principio a fin, logró la medalla de bronce tras vencer al local Japón por 3 a 1.

El conjunto azteca fue el más goleador del certamen y despachó a adversarios de la talla de Francia, Sudáfrica y el propio Japón. En Semifinales, quedó eliminado con lo justo y por penales frente a Brasil (que venció a España en la Final) para luego quedarse con la presea de la mano de Jaime Lozano. El balance fue más que positivo.

Lo cierto es que el estratega no es el primer integrante de su familia que compite en una cita olímpica, pero sí el primero que logra el tan ansiado premio: en México 1968, su padre (del mismo nombre) se quedó en las puertas del bronce en boxeo al quedar en la novena posición de la categoría de peso Superligero.

Su tío, Sergio Lozano, también estuvo cerca de obtener un reconocimiento en el ring en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 en la categoría de peso Welter. Finalmente quedó en la quinta ubicación, a un triunfo del podio pero con una performance más que destacada dentro de la delegación mexicana.

"Tanto Jaime como Sergio fueron muy buenos peleadores, de gran nivel. Había muchas expectativas con ellos, pero desafortunadamente no lograron las medallas", había aseverado en su momento Ignacio Beristáin, el entrenador de los dos equipos en ambas justas. ¡Una familia perseverante!