"Creen que Barcelona no existirá en dos años", tiraban desde Alemania hace cinco días en una frase que refleja el gran problema que tienen los culés de cara al mercado. Joan Laporta y su equipo trabajan de lleno para cerrar los fichajes de Robert Lewandowski y Raphinha, pero nadie de momento cree en una recuperación económica que hace a todos pedir garantías. Las prisas no ayudan.
Robert Lewandowski ya se presentó en la ciudad deportiva del Bayern Múnich a la espera de lo que ocurra en las próximas horas. Barcelona tendrá que enviar una nueva propuesta donde sin pagos aplazados o montos por objetivos, se depositen 50 millones de euros limpios para cerrar el arribo del polaco. Sin la segunda palanca por supuesto, dicho hecho en una auténtica quimera.
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El propio Joan Laporta reconocía que la segunda oleada de fichajes del club llegará cuando el 49% de BLM sea vendido por 400 millones de euros. En una operación ni mucho menos sencilla y donde el propio presidente culé anunció el final de julio como la fecha a cerrar todo, Barcelona se encuentra en una carrera contra el tiempo donde los clubes que reciben sus ofertas demandan garantías.
Joan Laporta: Getty
Raphinha, mismo escenario
Desde MARCA filtran que el conjunto inglés copiará la postura del Bayern. No se aceptarán pagos fraccionados, montos por objetivos o una transferencia que no llegue integra a la cuentas de los Whites. “72 millones de euros limpios o Barcelona se queda sin Raphinha”, definen desde el medio español sobre la última novela del mercado culé.
Europa pide garantías a un Barcelona que corre contra el tiempo para cerrar antes del mes de junio esos fichajes que tanto necesita Xavi Hernández para su tercio ofensivo. Bayern de Múnich y Leeds no cederán, habrá que ver cuánto tiempo esperan Lewandowski o Raphinha y desde la directiva asumen que solo con la llegada de la segunda palanca podrán finalmente romper el mercado. Nadie confía en la recuperación financiara de un club que más de uno bromea en el continente que no existirá en uno o dos años.