Barcelona no da por pérdida la Champions League, pese a que su actuación sigue sin dejar conformes a sus hinchas. Este miércoles logró un importante triunfo como local por 1-0 ante Dinamo Kiev por la tercera fecha del Grupo E. El único gol del partido fue obra de Gerard Piqué, aunque el equipo sigue en deuda en cuanto al rendimiento.
Las manifestaciones del Camp Nou, sobre todo, durante el último tramo del partido son un claro resumen de lo que ofreció este partido. Barcelona fue superior, sí, pero no jugó bien. Y, para colmo, nunca liquidó el partido y sufrió cierta amenaza en los últimos minutos del juego. De todas maneras, lo importante es que sigue con vida en esta competencia.
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El primer tiempo mostró a un Barcelona omnipresente en territorio rival, dueño absoluto del balón, pero con los problemas que ha mostrado en el último tiempo en cuanto a generación de peligro. En este sentido, al conjunto de Koeman todavía le cuesta ser más agresivo y creativo en ataque.
Pese a ello, las oportunidades fueron varias para el local. Luuk de Jong tuvo un par de situaciones para marcar: primero, un cabezazo luego de un tiro libre que se fue cerca y, luego, un disparo que forzó a una gran atajada del arquero Bushchan. Finalmente, la apertura del marcador llegó después de un despeje de un córner. La defensa queda totalmente descompensada y Piqué apareció solo para definir para el 1-0 tras centro de Jordi Alba.
Gol de Gerard Piqué
En la segunda parte, Ansu Fati pudo haber empezado a sentenciar el trámite con un ‘blooper’ del arquero Bushchan, que no supo aprovechar y que incluso pudo haber dejado a gol a Sergio Busquets. Una jugada insólita, que debía ser gol, pero la actitud del joven impidió que así fuese.
Luego, ciertas aproximaciones sin tanto peligro hicieron que el partido se lleve hacia un terreno de desesperación innecesario. Dinamo Kiev, a un gol del empate, empezó a creer y gracias al ingreso del venezolano Eric Ramírez pudo acercarse a Ter Stegen. Sólo le faltó una oportunidad concreta para generar más confusión en el Camp Nou, algo que nunca llegó.
Barcelona ganó y nada más. Una actuación discreta ante un rival menor y que le permite seguir con vida a la espera de lo que hagan Bayern Múnich y Benfica. Al club catalán se le viene el Clásico donde lo espera un envalentonado Real Madrid en lo que podría ser una prueba crucial para Ronald Koeman.