El 6 de junio de 2015 marcó la última gran noche continental del Barcelona. Los goles de Rakitic, Luis Suárez y Neymar sellaban la quinta UEFA Champions League para una entidad que lejos estaba de creerse todo lo que le venía por delante. Viajar por Europa es una pesadilla para los blaugranas, quienes acumularon anoche una nueva y dura eliminación del torneo que se ha convertido en su karma durante la era dorada del club.
El tridente Messi, Suárez y Neymar vencía en el primer round de la siguiente edición contra un Atlético de Madrid que sobrevivía por 2-1 en el Camp Nou. En la vuelta de los cuartos fueron los goles de Antoine Griezmann los que marcaron la primera de las duras eliminaciones que viene sufriendo el equipo desde aquella final de Berlín en 2015.
Al año siguiente el verdugo se llamó Juventus. La Vecchia Signora volaba con un Paulo Dybala cuyo doblete en la ida cerraba un 3-0 que Barcelona no pudo ni achicar en el encuentro de vuelta. El tridente se quedaba seco ante Buffon y Neymar empezaba a despedirse lentamente. De nuevo, los ‘malditos’ cuartos de final evitaban que el equipo pudiese llegar a una nueva final continental.
Se fue Luis Enrique y llegó Ernesto Valverde, pero las cosas estuvieron lejos de cambiar. Barcelona volvía a meterse en cuartos y despachaba a la Roma con un 4-1 en el Camp Nou que parecía liquidar los fantasmas del pasado. El resultado de ese cabezazo de Kostas Manolas en la vuelta lo conocemos todos.
Descenso a la Europa League
Pero faltaban todavía varios golpes de impacto para el equipo. Liverpool remontó sin Salah un 3-0 en Anfield que le costó el puesto a Valverde y varios jugadores de peso. Al año siguiente, Bayern Munich le propino al Barcelona la peor derrota europea de su historia con un 8-2 en Lisboa que marcó un final de ciclo y apenas unos meses después, Kylian Mbappé cerró todo en el Camp Nou con un hat-trick que mandaba a casa a los de Koeman en octavos.
El fondo se tocó anoche, con una derrota en suelo germano que mandará al Fútbol Club Barcelona a la Europa League. “Es lo que hay”, dicen algunos, pero el golpe de realidad visto en el Allianz Arena horas atrás fue solo el último de una serie de mazazos continentales difíciles de explicar en un equipo que hace menos de 7 años, dominaba la UEFA Champions League.