Durante años fueron los reyes de la Champions y Europa League, pero el tiempo pasa y las cosas han cambiado mucho. La cuarta jornada de la Liga de Campeones dejo en claro que los equipos españoles van a tener que sudar la gota gorda para meterse en unos octavos que a falta de 180 minutos, se encuentran más que complicados en varios casos.

Salvo el liderato que ostenta Real Madrid en su grupo, el resto de los equipos de la península ibérica pasan penurias en una Champions que ha sido más que hostil con los equipos de LaLiga. El fixture, las lesiones y el bajo nivel de muchas de sus estrellas han llevado a Barcelona, Villarreal, Sevilla y Atlético de Madrid a una situación límite.

 

Gigantes en horas bajas

Empecemos por el equipo Culé, quienes si bien una victoria en la próxima fecha contra Benfica les metería en octavos, cuesta pensar a día de hoy que tengan con que llegar lejos en la Champions. Dos goles en apenas 4 jornadas reflejan el cambio de un plantel que dista y mucho del que reinaba Europa años atrás. Un empate contra los lisboetas puede significar la Europa League en diciembre.

En cuanto a los hombres del Cholo Simeone, es cierto que el fixture les jugó una mala pasada en un grupo donde Milan, Liverpool y Porto han significado un dolor de cabeza para Atlético de Madrid. La derrota de hace unas horas en Anfield pone a los Colchoneros como terceros antes de recibir a los Rossoneri y visitar Dragao en lo que será una dura batalla para llegar a octavos.

La Europa League, una posibilidad real

Villarreal respiró con el triunfo frente a Young Boys, pero ahora llega lo más difícil. No solo tendrán que recibir a Cristiano Ronaldo y Manchester United en la próxima fecha, sino que el final de la fase de grupos les hará viajar contra un Atalanta que ya les puso en muchos problemas en La Cerámica. Nada está asegurado aquí.

Por último y para sorpresa de todos, Sevilla sufre como nunca en una Champions donde Wolfburgo, Salzburgo y Lille parecían ser una presa fácil para Lopetegui en compañía. Ahora mismo los hispalenses son coleros de la zona, sin triunfos a su favor y la sensación de que incluso la Europa League se encuentra lejos ahora mismo.