El mundo se ha llenado de homenajes para quien fue el mejor futbolista de la historia. Pero nada se compara con lo que ocurre en Nápoles, una ciudad que es y será maradoneana. A un año de la muerte de Diego Armando Maradona, la ciudad del sur de Italia recuerda y llora aún a su ídolo, aquel que cambió su historia y lo sigue haciendo desde el cielo.

Napoli fue ese club que acobijó a Maradona durante su mejor etapa como futbolista. Y el 'Pibe de Oro' revolucionó tanto a equipo como ciudad en una Italia totalmente polarizada por norte y sur. No sorprende que hasta el día de hoy, el conjunto 'partenopeo' siga recordando a Diego a un año de su muerte. Las redes sociales ya lo han hecho con publicación de imágenes y videos; la ciudad, en tanto, ha estado durante toda la semana con distintos homenajes en distintos puntos; y el equipo se ha vestido con camisetas con su imagen.

 

El 25 de noviembre de 2020 fue el día en que el mundo lloró la muerte de Maradona. Nápoles se vistió de luto y conmovió con los homenajes que le hizo a su leyenda. La vigilia, las velas, el dolor y las lágrimas de una ciudad que se transformó con el tiempo en capital maradoneana. Así como Napoli hizo lo que correspondía y transformó el Estadio San Paolo en el Estadio Diego Armando Maradona.

Nápoles, la capital maradoneana

Fue el 29 de junio de 1984 cuando Napoli compró a Maradona al Barcelona en una cifra de 7.5 millones de dólares. Días después, el 5 de julio, llegó al Estadio San Paolo para ser presentado ante 70 mil espectadores. A partir de allí, nació el amor que los uniría para toda la vida. Diego fue el héroe y la figura que necesitaba la ciudad de Nápoles para imponerse en el mapa no sólo de Italia, sino de todo el mundo.

Las estadísticas marcan lo que hizo durante su etapa de siete temporadas. Fueron cinco títulos los que logró Maradona en Napoli: Serie A 1986/87, Copa Italia 1986/87, Copa de la UEFA 1988/89, Serie A 1988/89 y la Supercopa 1990 con un total de 115 goles y 78 asistencias en 259 partidos. Aquel equipo napolitano hizo historia en Italia y en el mundo, formando un gran tridente con Careca y Bruno Giordano. Hasta el día de hoy se recuerda las hazañas de ese gran conjunto, así como de las icónicas imágenes de Diego precalentando antes de un partido trascendental al ritmo de Live is Life.

Pero más allá de todo, Nápoles no llora a un ídolo del fútbol, llora al hombre que se transformó en la representación misma de la propia ciudad. Diego es Nápoles y Nápoles es Diego. Desde hace muchos años, se evidenció una polaridad entre el norte y el sur de Italia, y en un momento de crecimiento para ésta última región, apareció Maradona, quien se transformó en la cara y en la voz del pueblo.

Porque el fútbol también es cultura, el deporte más popular del mundo, y Maradona es la representación misma del fútbol, lo que le dio a Nápoles un sentido de pertenencia y reivindicación ante los ojos de Italia y el mundo. Los logros de Diego se transformaron en los logros de la propia ciudad, que veía como ese héroe rebelde pero locuaz y gambeteador humillaba a cuanto rival se le cruzaba por su camino hacia la grandeza. Grandeza que conquistó para poner a Napoli y a la ciudad en un lugar, que ni sus ciudadanos se imaginaban.

La 'revolución Maradona' en Nápoles tiene millones de historias en cada uno de sus habitantes, en cada una de sus familias, y en cada extranjero que se acerca a esa capital maradoneana. Pasará cada 25 de noviembre y las lágrimas se impondrán tanto como los recuerdos imborrables que la zurda mágica les regaló.