PSG lo ganaba por 2-0 en el primer tiempo, pero un mal trabajo en defensa llevó a que Clermont se lo dé vuelta. Fue triunfo del visitante en el Parque de los Príncipes por 3-2 para arruinar la fiesta parisina por el título de Ligue 1. Así, Lionel Messi se despidió con muchos abucheos, mientras que Sergio Ramos, quien marcó un gol, también jugó su último partido.

Todo apuntaba a un partido en donde todo serían homenajes y dedicatorias. Es que más allá de las salidas de Messi y Sergio Ramos, el grave estado de salud de Sergio Rico también representa una preocupación para el público parisino. No obstante, los jugadores mismos mostraron sus respetos y apoyo utilizando todos su nombre en las nuevas camisetas.

Y los homenajes para Rico continuaron. Primero, al minuto 16, Ramos conectó de cabeza para el 1-0, justo en el momento en el que el público mostraba sus respetos para el arquero con un aplauso generalizado. El defensor español se sumó con su propia dedicatoria: el gol. También hubo abrazo para el entrenador Christophe Galtier.

Cinco minutos después se sumó Kylian Mbappé. Tras un penal sobre Hakimi, el goleador de la Ligue 1 de Francia marcó el 2-0 con una buena ejecución. Rápidamente, fue a buscar una camiseta de Sergio Rico para honrarlo frente a todo el Parque de los Príncipes.

Hasta ahí parecía que todo era a pedir de PSG, pero no fue tan así. La realidad es que, como ocurrió en cada partido de esta temporada para los parisinos, cada vez que lo atacaron sufrió. Clermont, con sus herramientas, le complicó la vida, sobre todo en la salida. Precisamente, por una presión a Verratti, llegó el gol de Johan Gastien, tres minutos después del convertido por Mbappé.

Para colmo, minutos después, Zaïre-Emery cometió un penal infantil por una mano y Clermont tuvo el empate. Sin embargo, Kyei lo pateó muy mal y el balón se fue afuera. Pero tuvo revancha el equipo visitante. Es que en tiempo de descuento, tras un mal control de Donnarumma, Zeffane aprovechó para empujar el balón en el área chica y marcar el empate 2-2.

Más allá de todo, el empate era justo porque Clermont complicó siempre la salida de PSG y le generó serio peligro. Los parisinos, en cambio, no encontraron respuestas para contrarrestar. En una ráfaga encontró los dos goles, pero sin merecerlo.

En la segunda parte, el partido se hizo un poco más equilibrado, pero PSG siguió sufriendo en defensa. Pese a ello, Messi tuvo el gol del triunfo, pero falló como muy pocas veces suele hacerlo dentro del área. Esa mala definición llevó a un silbido generalizado, la cara más triste y lamentable de todo el conjunto parisino.

Para colmo, Clermont se encontró con el 3-2. De un centro de Rashani, Kyei tuvo su revancha tras el penal fallado y, en el área chica, definió para darle la victoria al visitante. Fue el décimo gol del delantero francés en este torneo. La cara de todos los fanáticos y jugadores parisinos lo decía todo. Una imagen usual en la temporada, pese al título.

No hubo empate, más allá de que Messi tuvo en el final el gol de su despedida, pero el arquero Diaw se lo sacó ante un tiro libre. PSG se fue con abucheos, pese a salir campeón. El astro argentino se despide de Francia, a la espera de definir su futuro.