Los Golden State Warriors sobrevivirán para disputar, al menos, un partido más ante los Toronto Raptors en las Finales de la NBA, tras conseguir un ajustado triunfo 106-105 en los predios canadienses.

Sin embargo, la victoria les costó un precio sumamente elevado, pues perdieron a Kevin Durant con una lesión en el tendón de Aquiles que podría cambiar su carrera para siempre tras solo 11 minutos de partido.

Cuando Durant se lesionó, varios fanáticos de los Raptors empezaron a aplaudir y celebrar la caída de su rival, a lo que Kyle Lowry, Serge Ibaka y Danny Green solicitaron que cesaran de inmediato.

Al final del partido, la prensa le preguntó a Stephen Curry su opinión al respecto de esta polémica actitud por parte de los fanáticos locales, a lo que respondió con mucha clase:

"Esa no es mi experiencia con esta ciudad y espero que no volvamos a ver algo tan feo como eso acá".

Klay Thompson, por su parte, fue mucho menos reservado con sus comentarios y respondió de forma contundente con una clarísima molestia:

"Fue una mierd#. Fue ridículo. Ni siquiera puedo describir con palabras lo que sentí en ese momento".

Los Warriors se inspiraron ante la caída de uno de sus compañeros y vivirán para contarlo un día más. Ahora, deberán hacerse fuertes en casa para forzar el séptimo y definitivo partido en Toronto.