La entrevista con el Chimy Ávila dejó de todo en Bolavip, pero había un tema que sin dudas se había instalado en nuestra cabeza antes de poder conversar con el delantero del Osasuna. Consultamos al argentino sobre esos rumores que en enero del 2020 copaban portadas de diarios en España y que situaban al rosarino en la órbita del Barcelona. ¿Qué pasó?

Osasuna disfrutaba como nunca de sus goles y toda Navarra se encontraba más que pendiente del futuro de su crack por el Sadar. Los principales medios españoles se mostraban rotundos: “Barcelona vendrá a por el Chimy”. En medio de un mar de especulaciones y el deseo de seguir entregándose al 100% en un club donde se ha convertido en referente, Ávila seguía en su día a día mientras los rumores crecían sin parar.

Atravesábamos enero del 2020 y un mercado invernal donde Barcelona pretendía moverse en medio de un equipo con cambios en el banquillo tras la Supercopa de España y donde Quique Setién empezaba a consolidar sus ideas. El cántabro comenzaba una aventura por la Ciudad Condal y el nombre del Chimy sonaba cada vez con más fuerza.

“Dejé mi cruzado”

Pero todo se torció el 24 de enero, cuando en el minuto 55 de un Osasuna vs. Levante, la rodilla izquierda del Chimy dijo basta. Una rotura del ligamento cruzado significaba el final de la temporada para el rosarino, así como cualquier posibilidad de recalar en el Camp Nou a corto plazo. Así recuerda esas semanas llenas de rumores.

“A mi representante siempre le dejé las cosas muy claras: yo no voy a reuniones con dirigentes y de los mercados de fichajes no quiero saber nada, mi trabajo es jugar al fútbol. Me dijo mi agente después de la rotura que hubo muchos diálogos (con Barcelona), pero yo le decía que no me dijese nada, que yo solo quería jugar. Mucha gente me para por la calle y me pregunta por qué jugué contra el Levante si ya tenía todo cerrado”, empieza en su relato.

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Su profesionalidad, innegociable y por encima de todo: “Yo siempre respondo que soy una persona más que agradecida con el pueblo rojillo y sé que mucha gente no hubiese jugado ese partido, pero yo salí a hacerlo de la mejor manera. Yo sabía que había diálogos y un interés fuerte, pero no me arrepiento de haber ‘dejado’ mi cruzado ese día”.