Podrán imitarnos pero jamás igualarnos, dicta uno de los refranes más populares con los que cuenta Boca Juniors y su hinchada a lo largo de todos los tiempos. La fama de la hinchada azul y oro traspasa fronteras mientras la leyenda sobre la Bombonera se sigue regando por todo el mundo. Nosotros encontramos una en el corazón de LaLiga.

La expedición de Bolavip por el norte de España nos dio la oportunidad de conocer de primera mano derbis, canteras y distintos estadios que resumen la identidad del fútbol del norte. Gracias a LaLiga pudimos visitar en nuestro último día la casa de un Club Atlético Osasuna que al igual que los Xeneizes, no se entiende sin la pasión de su gente.

 

Un equipo humilde, trabajador, sacrificado y con un sentido de pertenencia entre gigantes como Athletic Bilbao o Real Sociedad. Gran parte de su sello parte de un Estadio del Sadar que con el correr de tiempos se ha transformado en la Bombonera del fútbol español por distintos motivos.

Viajamos a Navarra y el jefe de prensa de los Rojillos Aitor Royo nos explicó al detalle sobre la espectacular renovación del feudo pamplonica. Uno que por 23 millones de euros aumentó su capacidad hasta 21.000 espectadores y que cuenta con algunas similitudes con la casa del Club Atlético Boca Junios.

El grito más fuerte de España

Quienes han tenido la suerte de acudir a la Bombonera confiesan que no solo sorprende su hinchada y la pasión de esta, sino la inclinación de una tribunas que parecen caerse sobre el campo. Esa cercanía con el terreno de juego también la tiene un Sadar que se erige como el estadio con una mayor pendiente de todas las grandes ligas europeas.

Pero lo más espectacular de este feudo no pasa por la remodelación de sus tribunas, su cercanía con el terreno de juego o el aura que genera verle lleno. Osasuna puede decir orgullosamente que ningún estadio del fútbol español ha alcanzado nunca el nivel de decibelios que por un fuera de juego se diese el Sadar años atrás. Ni siquiera la famosa pitada del Camp Nou a Figo pudieron superar el ambiente que una jugada tan curiosa en la casa de quienes cuentan con un estadio que recuerda y mucho a la mítica Bombonera en el corazón de Navarra.