Al fútbol se lo conoce también como el deporte rey, y su tradición en Latinoamérica no tiene comparación. No es sorpresa que cuando uno se encuentra en cualquier parte del mundo, desde Berlín, hasta en Kathmandú o en Harare, y dice que es de Argentina, lo primero que le digan sea “Diego Maradona” o “Messi”. Cuando la pasión y el fútbol se fusionan, ya no conocen de fronteras. Así nació Boquita de Sarandí Grande.

La última edición de la Copa Nacional de Clubes B de Uruguay, vio por primera vez campeón a Boquita de Sarandí Grande, un equipo del otro lado del charco que tiene todo que ver con el Club Atlético Boca Juniors, e idolatra a Diego Armando Maradona.
Corría el año1995y hacía poco tiempo se había creado la Liga de Fútbol Infantil en Sarandí Grande, principalmente como un espacio recreativo y deportivo. En el pueblo de 6000 habitantes, como buenos rioplatenses amantes de la pelota, los padres llevaban a sus hijos al baby futbol en una canchita, y crearon una identidad propia.
En 1995, una noticia sacudió al país vecino,Argentina, y llenó los titulares en todo el mundo. Pasado el negro episodio del “me cortaron las piernas” tras su suspensión en el Mundial del 94, y ya finalizada su sanción, el Barrilete Cósmico volvía al club de sus amores, Maradona regresaba a Boca.

Cuenta la leyenda que los guríses no se quedaron atrás, ¡y fueron todos a entrenar con la azul y oro! A los padres no les quedó más remedio que inventarle al equipo un nombre Xeneize; “Boca de Sarandí Grande” se transformó en “Boquita de Sarandí Grande”, por motivos comunicativos.
Así, Boquita creció y fue sumando más categorías. Para 2017, tras una gran campaña donde se reflejó todo el esfuerzo de los años previos, consiguieron el ascenso a la Primera División de la Liga de Florida, la máxima categoría del Departamento.
Cuatro años más tarde -y una pandemia de por medio-, a Boquita Grande le llegó su máximo título de sus 26 años de historia. El 23 de diciembre de 2021 se jugó la final por la Copa Nacional de Clubes. Con un empate 1-1 ante Wanderers de Santa Lucía, sumado al 2-1 de la ida, el Xeneize uruguayo levantó la copa.
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El título no vino solo; le valió la clasificación para su primera Copa Uruguay, una fiesta total en Sarandí Grande; “Jugar contra algún cuadro de Primera División sería brillante, algo jamás pensado”, dijo Fabio Ghirardi, capitán del equipo, en diálogo con Sport 80.

“Soñar no cuesta nada”, reza el dicho popular. Y vaya si lo sabrá la gente de Boquita de Sarandí, el club de aquel pueblito de 6 mil habitantes que sigue alimentando un sueño que parece no tener techo.







