Boca levanta la copa y vuelan papelitos plateados que inundan el césped del Centenario Ciudad de Quilmes. El mismo estadio que un rato después fue sede de otro momento histórico: el primer título de Reserva sub 19 en el fútbol femenino, que fue para Platense. Hubo fiesta el domingo. Y el lunes también.
Platense campeón en Reserva.
No fueron los únicos festejos del fin de semana: Estudiantes de Buenos Aires se consagró campeón de la B y el año que viene, junto con Ferro, estará en Primera. Claypole también celebró y se sumó a Belgrano de Córdoba: los dos jugarán en la B en la próxima temporada. Y aún resta que entre los dos disputen la final de la C.
Después de la pandemia, de un torneo de Primera sin finalizar, de una espera que se hizo eterna para volver a jugar (ni hablar de los equipos de Ascenso que tardaron aún más en volver a la “normalidad”), de un proyecto de profesionalización que había comenzado en 2019 pero que parecía detenerse, algunas -algunas- cuestiones comenzaron a acomodarse.
Estudiantes de Buenos Aires ascendió junto con Ferro.
Falta un largo camino para poder decir que el fútbol femenino es totalmente profesional en Argentina. Porque no todos los clubes tienen al plantel completo con contrato (esta temporada la exigencia era de 12) y porque en muchos casos los sueldos aún no alcanzan para cubrir las necesidadesde un trabajador full time (el sueldo básico es de 27.000pesos, luego los clubes lo ajustan a su capacidad económica).
Todavía son muchísimas las jugadoras que se reparten el tiempo entre el fútbol y sustrabajos, que tienen que pedir el día cuando los partidos se programande lunes a viernes. Pero cuando, aún con algunas desprolijidades, se ve un avance, hay un calendario, los torneos comienzan y terminan, hay ascensos (aún no descensos, como en el masculino), y que finalmente y después de mucha lucha se pudo jugar la final de la Primera con público (cerca de 10.000 personas, con entrada libre y gratuita), ese esfuerzo parece valer la pena.
Las Piratas le ganaron a Newell’s y ascendieron.
La pandemia aún hace de las suyas, si. Aunque algunas cuestiones se hayan reactivado con la pelota rodando, aunque el espaldarazo de los medios públicos transmitiendo todos los partidos (del primero al útlimo por TV Pública, DEPORTV y plataformas digitales)haya sido un aire nuevo y hasta la Selección con nuevo DT y seis amistosos en tres meses sean una buena señal, las cuestiones económicas muchasveces ponen en peligro los proyectos.
Quedapendiente, sí, el crecimiento de las ligas provincialesy el aumento de la participación de clubes que no sean de Buenos Aires. La Copa Federal, que tiene intenciones de jugarse en diciembre y comienzos del 2022, debió postergarse por el COVID.
Sin embargo, y pese a todo, nada parece detener este crecimiento. Con instituciones que buscan mejorar sus estructuras (desde lugares de entrenamiento hasta divisiones juveniles), equipos que quieren sumarse a la estructura de AFA (Talleres es uno de los que podrían entraren el 2022), partidos que se jueganen estadios (no ocurre siempre y aún hayclubes que no lo permitieron nunca), el fútbol femenino avanza. A veces con pasos cortos, pero va.
Boca es el campeón del Clausura y ahora se enfrentará a San Lorenzo, ganador del Apertura, en la Súperfinal, el sábado a las 19. Platense, que se clasificó de manera heroica a los cuartos de final, tiene el futuro asegurado porque salió campeón en Reserva. Ferro, Estudiantes, Claypole y Belgrano celebran sus ascensos. Hay jugadoras que la rompieron y tienen un pie en el exterior: Argentina también es semillero.
Que la pelota siga rodando.