Final de torneo, sacar la calculadora, hacer cuentas, estar atentos a varios partidos al mismo tiempo. El descenso, para muchos, es la peor pesadilla. Es cierto, la historia reciente dirá que se puede volver y con gloria tras sufrir la deshonra de tener que abandonar la Primera División. Cuando la tristeza se disipa se dispara rápidamente el objetivo de volver lo más rápido posible, que esos meses en el destierro sean cortos y felices para dejarlo en el pasado.

Son muy pocos los equipos que componen la máxima categoría del fútbol argentino que no saben de qué se trata la desazón de abandonar la categoría. Los únicos que hasta ahora pueden sacar chapa de jamás haber perdido el status en la Primera División son apenas cuatro.

¿Quiénes son los únicos que desde que llegaron a la máxima jamás sufrieron un descenso? Boca, Defensa y Justicia, Central Córdoba de Santiago del Estero y el más nuevo de todos, Barracas Central.

Claro que hay una enorme diferencia entre los cuatro: Boca no conoce otro escalón desde 1913, cuando la entonces llamada Asociación Argentina de Football (luego AFA) resolvió que los siete equipos de la denominada Intermedia (entre los que estaba el Xeneize) ascendieran y se conformara entonces un torneo de 15 equipos. Desde aquel entonces, Boca jamás bajó de categoría: 111 años jugando en Primera de manera ininterrumpida.

La hinchada de Boca sacando chapa: 0 descensos. Foto: archivo.

La hinchada de Boca sacando chapa: 0 descensos. Foto: archivo.

Hasta el 2020, Boca tenía en la Bombonera un reloj que llevaba registro del tiempo que llevaba de manera ininterrumpida en Primera. Sin embargo, en la gestión Ameal-Riquelme el cartel electrónico que estaba desde 2017 fue quitado de los palcos.

Defensa y Justicia es el otro equipo que desconoce la palabra descenso desde que subió a Primera en el segundo semestre del 2014. Es uno de los equipos que más temporadas pasó en la B Nacional, con 24, pero después de de la gran campaña que realizó aquel año alcanzando la segunda ubicación y logrando el objetivo, nunca más bajó.

Colón llevaba casi 10 años pero se fue en el 2023. Foto web.

Colón llevaba casi 10 años pero se fue en el 2023. Foto web.

El tercero es Central Córdoba de Santiago del Estero. Tras ser campeón en el Federal A, en el 2019 logró el tan esperado ascenso, tras 48 años disputando los torneos de diferentes divisionales. En los últimos dos años logró asegurarse la permanencia a poco del final de la competencia. Será su quinto año consecutivo en la máxima.

El caso de Barracas Central es particular ya que jugó en Primera en los años iniciales del fútbol en nuestro país pero cuando se unificaron los torneos ya en tiempos del profesionalismo pasó a formar parte de la Segunda división de aquellos tiempos. Por eso, estas dos temporadas desde su ascenso a fines del 2021 lo suman al lote.

Patronato, out

A fines del 2022, el cuarto equipo que integraba esta lista de no descendidos era Patronato. El equipo entrerriano perdió la categoría en octubre de aquel año luego de siete años arriba: había ascendido por segunda vez en su historia en 2015 tras pasar seis temporadas en la B Nacional.

Patronato salió de la lista de no descendidos. Foto Archivo.

Patronato salió de la lista de no descendidos. Foto Archivo.

En el ranking de los equipos que más descendieron, según el periodista especializado Alejandro Fabbri, Quilmes es el que más experiencia tiene, perdiendo la categoría en 11 ocasiones. Lo sigue Banfield con 8, Ferro y Chacarita con 7, Lanús, Tigre y Unión de Santa Fe con 6 y Argentinos Juniors y Gimnasia con 5 descensos.

El descenso de los grandes

De los cinco grandes el único que se aferró a la Primera y nunca la soltó fue Boca. Los otros cuatro sufrieron el golpe en algún momento de su rica historia, con retornos e historias diferentes. El último en sufrirlo fue Independiente pero todos conocen de qué se trata.

El más antiguo en la máxima es San Lorenzo. Subió el 6 de noviembre de 1982 tras vencer a El Porvenir con gol de Ruben Insua, de penal. Fueron tiempos duros para el Ciclón, que fue el primero de los grandes en descender. Cuando aún no existían los promedios y tras caer el 15 de agosto de 1981 ante un necesitado Argentinos Juniors, el Ciclón se fue a la B, donde estuvo un año.

Insua y el penal que le dio el ascenso a San Lorenzo. Foto archivo.

Insua y el penal que le dio el ascenso a San Lorenzo. Foto archivo.

Sin estadio tras la demolición del Viejo Gasómetro -jugaba en Vélez, por lo que nació una enorme rivalidad-, revolucionó cada cancha que pisó, sus hinchas coparon todo y regresó rápidamente. Más de cuatro décadas jugando en Primera.

Un año después del descenso de San Lorenzo, le tocó a Racing caer, que ya había amagado en la temporada anterior. Fue un 18 de diciembre de 1983, en plena crisis institucional, cayó de local ante Racing de Córdoba por 4-3 y -ya con promedios vigentes- perdió la categoría. Tampoco fue tan veloz su regreso como el de San Lorenzo: en el primer torneo en la B, Gimnasia y Esgrima se quedó con la final del Reducido.

Ya con el Coco Basile como entrenador, y pese a no lograr terminar en el primer lugar en la fase regular, un 27 de diciembre de 1985 y tras igualar 1-1 con Atlanta en el Monumental en el Reducido, logró el ansiado ascenso.

Racing, con Gustavo Costas, logró el ascenso en 1985. Foto archivo.

Racing, con Gustavo Costas, logró el ascenso en 1985. Foto archivo.

Mucho más cercano en la historia fue lo ocurrido con River, aunque ya pasó más de una década desde aquel partido con Belgrano de Córdoba en el Monumental, el 26 de junio de 2011. Ni propios ni extraños podían creer lo que estaba ocurriendo tras el 1-1 en el partido de vuelta por la Promoción (habían caído 2-0 en la ida) que decretó por primera vez que debía jugar en la B Nacional.

El Millonario sumó una serie de malas campañas con aquel Apertura 2008 en el que finalizó último como punto más complicado. Teniendo en cuenta que el Promedio toma en consideración las campañas de los últimos tres años, recién en 2010 se tomó conciencia de las complicaciones que podían traer esos malos resultados. Las consecuencias quedaron a la vista.

Casi un año después, el 23 de junio de 2012, la herida comenzó a cicatrizar cuando el equipo de Matías Almeyda, tras peregrinar por varias provincias y ganar un total de 20 partidos y de una lucha sin descanso con Quilmes, Instituto y Rosario Central, venció 2-0 a Almirante Brown y logró recuperar su lugar.

Con tres casos en el historial, parecía difícil que otro equipos de los denominados grandes pudiera caer en las fauces del descenso, pero ocurrió. Fue un 15 de junio del 2013, tras caer 1-0 ante San Lorenzo y como local, Independiente se fue a la B. El Rojo había quedado último en el 2010 y otra vez las viejas malas decisiones pesaron para el promedio. En aquel derrotero hasta el infierno, tuvo seis entrenadores y tres interinatos, sumando cuatro torneos por debajo de la mitad de la tabla.

El 11 de junio del 2014 volvió a salir el sol para el equipo de Avellaneda, tras vencer 2 a 0 a Huracán. No había comenzado bien la campaña, con apenas dos victorias en 12 partidos. Sin embargo, con De Felippe a la cabeza, logró encaminar su historia y sellar su retorno.

Aquella tarde en la que el Rojo se fue a la B. Foto Web.

Aquella tarde en la que el Rojo se fue a la B. Foto Web.

Fortín de Primera

De los equipos que integran el torneo de Primera, el más longevo en la categoría (sin contar a Boca, claro) es Vélez. El Fortín había descendido a la Primera B en 1940 y tras pulular tres temporadas en el Ascenso, logró subir nuevamente un 20 de noviembre de 1943. Tras dos muy buenas campañas, logró subir en su tercer año, ya bajo la presidencia de don José Amalfitani, en su segundo mandato. En el 2023 se cumplieron 80 años de aquel día.

En blanco y negro, con la V azul: Vélez volvió a Primera en 1943. Foto Archivo.

En blanco y negro, con la V azul: Vélez volvió a Primera en 1943. Foto Archivo.

Otro de los equipos que hace rato no escucha la palabra descenso es Newell’s. La última vez que lo sufrió fue en 1960, un 27 de noviembre, luego de empatar con Ferro 1-1. Su primer año en la B, en el que se puso en juego un solo ascenso, no estuvo exento de polémica: había finalizado en el primer lugar, pero un escándalo en el partido entre Quilmes -que peleaba el torneo- y Excursionistas hizo que debiera esperar dos años más para volver.

En aquel momento, se denunció que los jugadores del equipo de Belgrano habían sido incentivados para vencer al Cervecero y por eso en 1962 el Tribunal de Penas de la AFA resolvió sancionar a Newell’s y quitarle la chance de jugar en la A. Mientras aún estaba en la B, le hizo juicio a la AFA y pudo demostrar que aquel dinero ofrecido no había salido desde el club rosarino y por eso en 1964 finalmente le restituyeron su lugar ganado en la cancha. Desde aquel entonces que no volvió a descender.

Lanús es el siguiente: en el 2022 celebró sus tres décadas consecutivas en la máxima categoría, tras el ascenso del plantel comandando por Miguel Angel Russo en 1992, siendo campeón de la B Nacional. Detrás aparece Estudiantes de La Plata, que logró subir en 1995 (también con Miguel Angel Russo como entrenador, pero acompañado por Eduardo Manera), tras pasar apenas 265 días en el Ascenso.

Godoy Cruz había estado apenas una temporada en Primera cuando le tocó volver a bajar. Sin embargo, en la temporada 07/08 regresó para no irse nunca más. El resto de los equipos que llevan algo más de una década en Primera son Gimnasia y Rosario Central (ambos ascendieron en la 2012/2013), Banfield (subió en la 2013/2014), Huracán, Argentinos y Unión (todos en 2014, aquel torneo en el que se sumaron 10 equipos a Primera). Al año siguiente, en el 2015, le tocó pegar el salto a Atlético Tucumán, que permanece desde entonces.

Talleres, por su parte, ascendió en 2016 mientras que Argentinos Juniors lo hizo en la temporada siguiente. En el Campeonato Transición de Primera Nacional, en el 2020, los que subieron aún se mantienen: Platense y Sarmiento de Junín.

Es un golpe duro, un momento es barajar y dar de nuevo, una pesadilla de la que todos se quieren despertar. Y son muy pocos los que aún no la sufrieron. El resto ya sabe bien de qué se trata.