El pasado lunes, Talleres e Instituto cerraron la cuarta fecha en el Mario Alberto Kempes. El encuentro terminó 2 a 2 y tras el mismo hubo fuertes acusaciones del hijo del presidente en su cuenta de Twitter, la cual cerró -seguramente momentáneamente- luego de criticar con dureza al arbitraje.
“Master class de Mastrangelo. No saca una roja clarísima, plancha el partido cuando Talleres domina, cuando Instituto pasa a ganar el partido empieza a hacer lento el juego y a cobrar faltas inexistentes, cuando Talleres lo da vuelta empieza a apurar el partido, el remate…. Da 4 minutos de tiempo extra”, comenzó escribiendo en su cuenta de Twitter el hijo de Andrés Fassi.
Pero no fue un mensaje en caliente, al rato volvió a publicar y en esta oportunidad fue más fuerte: “igue la Mafia arbitral y la persecución a los clubes que piensan distinto, lo demuestran todos los fines de semana y por Copa Argentina , ayudando a los equipos amigos del “jefe”. Tristeza. A seguir todos juntos que hay un gran equipo. Vamos la T”.
La Gloria y la T repartieron puntos en el Kempes. (Foto: Prensa Talleres).
El arbitraje argentino, en decadencia
Lamentablemente, en los últimos años sucedieron demasiadas situaciones en las que los árbitros terminan siendo los protagonistas de los partidos, cuando su misión principal es impartir justicia y pasar lo más desapercibidos posibles.
Sin ir más lejos, lo que sucedió el pasado domingo en el duelo entre Riestra y River fue llamativo y patético. Merlos cobró un penal inexistente a favor del Malevo, luego fue a revisar el VAR y determinó que la falta -la cual nunca existió- fue afuera del área y por eso expulsó al autor de la misma -González Pirez- pero luego volvió a ser llamado por el VAR y no solamente le quitó la roja al defensor, sino que terminó anulando lo que había cobrado ya que había posición adelantada en el inicio de la jugada.
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¿A qué se debe el flojo nivel arbitral argentino?
Probablemente el hecho que haya catorce partidos por fecha es uno de los factores. Históricamente había diez encuentros por jornada y, por ende, menos cantidad de árbitros en Primera. Por otro lado, los futbolistas deberían realizar una autocrítica importante y hacerse responsables que viven queriendo sacar ventaja y hostigando a los árbitros.
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