El Burrito Martínez supo ser figura absoluta del fútbol argentino, tanto es así que Alejandro Sabella lo incluyó en algunas convocatorias de la Selección. Entre sus pasos más recordados destacan con Vélez, donde fue campeón con Ricardo Gareca, y Boca, a donde llegó por pedido expreso de Carlos Bianchi.
Ahora, a sus 39 años y después de haber cerrado una temporada en la que fue entrenador y jugador del Club de Lyon de la tercera división de Estados Unidos, habló con Bolavip sobre su vida en Orlando, sus recuerdos de sus años como estrella en la Argentina y su mirada sobre el fútbol actual a horas de la definición de la Liga Profesional entre Vélez, Huracán y Talleres, muy similar a la que vivió en 2009.
-¿Cómo es tu vida en Orlando?
-Estoy desde hace casi dos años, lo decidimos con la familia venir para acá, queríamos Estados Unidos. No sabíamos que sería Orlando, pero al momento de definir buscábamos un poco más de tranquilidad, seguridad, calidad, pensando más en nuestros hijos, que aprendan bien el idioma, que vivan la experiencia de estar en otro país. Después, uno nunca sabe cuándo vuelve, pero los chicos eran relativamente jóvenes, la más grande tenía 11, entonces lo queríamos hacer antes de que siguieran creciendo. Bueno, acá estamos. En Orlando, en la ciudad mágica del planeta básicamente.
-Y más allá de ir seguramente ir seguido a Disney, ¿qué es de tu vida? Estabas haciendo una doble función de entrenador y jugador.
-La decisión de dejar de jugar la acabo de tomar. Jugué hasta hace dos meses, en un equipo de acá que hice la doble función, tanto de entrenador como jugador, en conjunto con Joaquín Pérez. Comencé yo como entrenador cuando no pudo venir Almandoz, me lo ofrecieron mientras era capitán y cuando apareció la posibilidad de sumar a alguien al staff coach apareció Joaquín Pérez. Hicimos una reunión y dije ‘Necesito que se sume al proyecto porque hay muchas cosas que se van a pasar mientras estoy jugando’. Contento porque ahora estamos definiendo si anuncio el retiro después de 22 años como profesional. Contento porque salí campeón como jugador, mi primer título como entrenador, y siempre ligado al fútbol en varios proyectos que en 2025 se los haré conocer a todo el mundo del fútbol.
–¿Cómo fue esa experiencia de doble función? La imagino poco común, debe ser incómodo al momento de tomar decisiones tácticas…
-La verdad que muy bien porque teníamos un grupo muy lindo de jugadores, la mayoría latinos, así que el grupo humano siempre es clave para todos los deportes y emprendimientos, de oficina o lo que sea. Si hay buena armonía, todo es mejor y tenés mayor probabilidad de lograr los objetivos individuales y colectivos. En lo personal, no tuvimos problemas, con la ayuda de Joaquín lo pudimos lograr muy bien porque tuvimos muy buena sinergia. Nos tocó dirigir y hacer el tema de los cambios, pero sin problemas. Obviamente el técnico decidió nunca sacar al capitán jajaj. Salí goleador del equipo, eso me puso contento, a pesar de que los años corren, el rendimiento físico está. Pero lo que va pasando obviamente al no tener representante y estar en otro país… Por ahí las oportunidades se van diluyendo y tampoco tengo ganas de lidiar con ligas semi-amateur. Por eso estoy analizando la posibilidad de retirarme. Si no hay esa competitividad que a mí me gusta, esa ambición que tengo, prefiero dar un paso al costado y seguir ligado al fútbol desde otro lado, ya sea representante o director deportivo. Estoy manejando todas las variables y capacitándome en cada una de ellas.
-Acá en Argentina tuviste en tus últimos tiempos un paso por Almagro, ¿cómo fueron tus últimos destellos en nuestro fútbol?
-Si, con respecto a mi último paso fueron Almagro y Almirante Brown. En Almirante me tocó jugar poco, pero el fútbol es así. Son entrenadores que a veces tienen sus gustos y el fútbol funciona de esa manera, no a todo el mundo le podemos caer bien y no a todo el mundo les gustan las condiciones que uno pueda tener. En el caso mío, las mías no eran del atractivo del entrenador de turno y lo respeto. No lo compartía obviamente, pero bueno, son cosas del fútbol y uno tiene que entenderlas. Y en Almagro por suerte me fue muy bien, sobre todo con Gastón Esmerado, una gran persona y un gran entrenador. Hicimos una gran campaña, terminamos perdiendo la semifinal del ascenso contra Central Córdoba, volví a tener mi nivel y en gran parte porque cuando el entrenador te hace sentir importante y cómodo, se arma un buen ecosistema para le equipo. De esa manera, las individualidades se potencian y cuando pasa eso empieza a sobresalir el equipo. El fútbol funciona de esa manera, pasa que hay que entenderlo y no todo el mundo tiene el conocimiento o la capacidad para entender todo lo que requiere hacer eso. Lleva tiempo comprender el esfuerzo, rodearse de un buen grupo humano y de muchas capacidades futbolísticas para poder lograr este tipo de ecosistemas donde se potencian los jugadores y de esa manera poder ser competitivo al nivel que te toque.
-Vos siempre fuiste un tipo frontal, nunca te callaste, ¿crees que eso te pudo haber jugado en contra por haber ido de frente?
-Creo que sin dudas me ha jugado en contra. Que vos tengas un jugador de trayectoria, experiencia, jerarquía, que ha jugado en el más alto nivel, que es entrenador, algunos lo toman como amenaza, en lugar de decir, ‘este loco se me acerca, me escucha, me trata de dar una mano, me transmite lo que le pasa al grupo’. Todo eso algunos lo tomaban como amenaza y creo que el mejor idioma es ser honesto y directo, hablar. Yo soy así, transparente, al que le gusta bien y al que no, no. Sabemos que no le vas a caer bien a todo el mundo del fútbol, no les va a gustar a todos como jugás y cada uno se maneja con los valores que uno considera adecuados. Creo que hay que ser sinceros y decir la verdad y sino, no hay sinergia, cada uno por su lado.
El Burrito Martínez con la camiseta de Almagro en 2019.
–Recuerdo en tu último paso por Vélez con De Felippe y no había feeling.
-Aquella fue una época muy difícil y dura, me tocó estar como referente. Vi sufrir mucho a los chicos, la pasaban muy mal, todos. Y lamentablemente no veíamos que fuera el camino, no lo sentíamos, no nos convencía, no había sinergia. Omar es una gran persona, es una persona que mas allá de los futbolístico yo estoy agradecido por todo lo que hizo y los valores que pregona. Yo no mezclo las cosas, pero desde lo futbolístico es otro tipo de fútbol al que por ahí estaba en ese momento. Creo que va por ese lado mas que nada. Siempre digo que el entrenador tiene que convencer al jugador, no imponer, no digo que no era el caso de Omar. Pero, cuando uno convence es cuando mejor se ven los rendimientos individuales y colectivos. El que no lo sabe se va a enterar ahora, y los jugadores lo saben. Es la mejor manera de llegarle, exprimirlos y sacarles ese plus. El plus sale de ahí, cuando decís ‘yo por este mato’. Esas cosas se ganan, con manejo humano, conocimiento y capacidad. El jugador de fútbol se rinde ante el entrenador que le demuestra que lo va a mejorar. Yo no tuve la suerte de estar con Gallardo, pero es un tipo que todo el mundo sabe que es recontra exigente, no es fácil estar al lado de un tipo que te exige así y no te deja relajar un segundo y no todos los jugadores están capacitados para ser dirigidos por él. Ahora, vos sabés que te dirige él y si hacés las cosas bien, te va a potenciar y sacar lo mejor. Entonces lo hacés convencido. Después está la ambición del jugador. Aprovecho para mandarle un gran saludo a Omar por la obtención del título, lo merecía hace rato, algo muy lindo para él y su cuerpo técnico. Es una persona a la cual le deseo que le vaya bien. Todo lo que ha vivido a lo largo de su vida, esfuerzo, sacrificio, los valores que pregona, yo no mezclo las cosas y lo admiro por cómo se reinventó a lo largo de los años con todas las cosas que tuvo y cómo ayudó a través de su fama a un montón que estuvieron en la misma situación suya mostrando cómo se lidia con esas situaciones. Eso es algo para sacarse el sombrero y felicitarlo.
-¿Qué es lo que pasa en estos casos, como el de De Felippe que no encontró el camino en Vélez y ahora sea campeón con Central Córdoba de Santiago del Estero?
-Es como todo. El mismo libreto no funciona en todos lados. En algunos lados vas y salís campeón y en otros no funciona. Cuando hablaban de Silva o de mí en Boca, decían ‘¿por qué no juegan igual que en Vélez?’. Bueno porque los compañeros no son los mismos, el cuerpo técnico no lo es, la metodología de trabajo es otra, la idea es otra, la cualidades de los compañeros son otras. No se pueden replicar las cosas, si vos te fijás, no hay dos jugadas exactamente idénticas en la historia del fútbol. No se puede replicar el rendimiento. Fijate Mbappé hoy en Real Madrid, o Messi con Barcelona y la Selección en su momento. Los cuerpo técnicos y los compañeros te potencian o te hacen bajar el nivel, más allá de la responsabilidad que tiene cada uno de lo propio. Pero por más que vos andes bien, si todos andan mal, vos andarás un poco menos mal. Pero si todos andan bien y el resto mas o menos, vas a mejorar y adaptarte al nivel de tus compañeros.
-Con esto que decís, intuyo que el mejor nivel de tu carrera lo conseguiste en ese Vélez con Ricardo Gareca. ¿Fue él el técnico que mejor te exprimió?
-Sí, con Ricardo en Vélez fue lo mejor. Fue mágico. Ricardo tiene un don para sacar lo mejor de los jugadores, sabe cómo hacerlo y dentro del campo de juego las ideas eran muy claras. Hoy en día no es fácil encontrar entrenadores que muestren ideas claras para que los jugadores las entiendan y apliquen rápido. Obviamente que técnico de club y de Selección son dos carreras completamente distintas, aunque por ahí no parezca. Ricardo es el que me enseñó cómo realmente funciona el fútbol y de qué manera se le llega al jugador. Aparte de todos los aspectos de juego y estratégicos. Él a la cabeza y con todo su cuerpo técnico, sin dudas fue de lo mejor que me tocó vivir y eso que también tuve a otros grandes entrenadores como Carlos Bianchi y Tité.
En Boca, el Burrito anotó 12 goles en 78 partidos.
-Justo te iba a preguntar, porque después de Vélez te viene a buscar Corinthians y después Boca te compra. ¿Qué te faltó para asentarte y qué recordás de Bianchi en su último ciclo?
-Los recuerdos son muy lindos, tuvimos buenos y malos momentos. Sobre todo recuerdos lindos con respecto a la gente y a la hinchada. Muy agradecido a los empleados del club, a todos los que trabajaron ahí, desde los que barrían hasta los utileros, los médicos, operativos, todo. Siempre muy buena relación, hasta el día de hoy sigo con muy buena relación con Jorge Batista. Estuve bastante tiempo, dos años y medio es bastante en un club grande, la verdad que disfruté bastante. Y nada que reprochar. A veces necesitás el mismo ecosistema, no es fácil armar el mismo ecosistema para que ciertos jugadores puedan sacar su mejor nivel y esa es la receta y no todo el mundo la tiene. No todo el mundo entiende estas circunstancias, el fútbol evoluciona, cambia la mente de los jugadores también. Si te fijás, hoy en día los jugadores tienen una fragilidad mental mucho más grande a lo que eran generaciones anteriores, esto ya viene hace rato. La clave es dar en el punto de cómo manejar bien el grupo y conocer bien las individualidades y en qué hacer hincapié. A veces los métodos no funcionan, no significa que estén mal. Muchos entrenadores tienen su librito y acá funcionó y allá no, no está ni bien ni mal. Son formas y uno tiene que probarlas. Si hay alguien que no duda de la capacidad soy yo, Bianchi con las alegrías que les dio a Vélez y a Boca habla de un excelentísimo entrenador y persona, sobre todo como persona. Siempre agradecido, muy buena gente, yo terminé en Boca por él. Me llamó y cuando hablé con él te seduce, no queda mucho en cuestión a la hora de tomar una decisión. Esté en el club que esté, iba con Carlos. Y agradecido con él y con la gente de Boca por todo lo que me tocó vivir, increíble siempre en las buenas y en las malas. Como en todo en las buenas está todo el mundo y en las malas hay que demostrar, y la verdad que me saco el sombrero para la gente de Boca en esos años.
-Lo tuviste de compañero a Riquelme y con Bianchi como entrenador. ¿Cómo era Román con el grupo? ¿te sorprende que ahora sea presidente del club?
-Tuve la suerte de jugar con uno de los mejores jugadores del fútbol argentino. Por ahí no me tocó su mejor versión, como tampoco a él le tocó la mejor versión mía, pero la verdad agradecido de haber compartido cancha con un grande como Román. Tuve la suerte de jugar en contra de Ronaldinho, con Messi, contra Cristiano, contra Neymar y compartir cancha con ellos con Riquelme, son cosas que a uno le dan placer. Yo también tuve mi muy buen rendimiento, pero agradecido. Con Riquelme tuve una relación normal, común, de mucho respeto. Viendo la situación de Boca es difícil hablar desde afuera porque hay que estar en el día a día. Yo no sé cuál fue la capacitación y preparación que tuvieron Román y todo su staff, entonces me parece que sería una falta de respeto de mi parte hablar sobre si lo están haciendo bien o mal. Yo puedo hablar desde lo futbolístico pero hasta ahí, porque uno no ve cómo es el trabajo y el día a día del entrenador y qué les pide. Es difícil, es un poco faltarle el respeto a Gago, que desde que llegó ha levantado y ha sacado resultados, entonces se está viendo un cambio grande en la parte mental, que creo que es la clave hoy en día. Y creo que Gago necesita tiempo. Es un tipo con el que tengo una muy buena relación, es alguien al que aprecio mucho, es una persona que te deja cariño por lo vivido. Hay cosas que veo que a Boca se lo ataca por demás, está muy metida la política hoy en día en el mundo Boca. Creo que es un club de fútbol y hay que dejar la política de lado más allá de la mirada política de Román porque no tengo dudas de que él va a hacer todo para darle lo mejor a Boca. Pero a veces los objetivos se logran y a veces no, esa es la realidad.
-¿Cómo vivís todo lo que le pasa a Vélez? Hace un año peleó por la permanencia con muchos jóvenes y ahora está peleando por ser campeón con un cambio de dirigencia y de entrenador.
-Cuesta desde acá. Sos hincha, querés al club y es difícil, pero nos gustaría estar cerca de los jugadores alentando. A varios los conozco. Con algunos sigo hablando, pese a los cambios de edad, obviamente con Ricky Álvarez y Berlanga también, comandando energías positivas desde acá. Siempre digo que es mejor encontrarse peleando finales que otra cosa, sobre todo con el pasado reciente de Vélez que se encontraba ahí abajo y logró salir de la mano de varios entrenadores, es mérito de varios. Y en tan poco tiempo se fue de un extremo al otro, pero esto demuestra que es el camino correcto y si no es ahora, tarde o temprano llegará. Hay que respetar los procesos largos, eso te acerca más a ser competitivo para estar en finales. Es una situación difícil que me ha pasado, me tocó e 2011 quedar afuera de la Libertadores en semifinales y a los tres días jugar otra final y saber que la teníamos que ganar pese a que físicamente estábamos muertos y la sacamos adelante. Creo que es un momento más mental que físico. Hay que hacer hincapié en eso. Huracán es un gran equipo, que juega muy bien y tiene muchas ganas, pero pasa más por lo mental que por otra cosa.
–Con respecto a este partido, ¿qué recuerdo tenés de aquella final?, ahora se habla de una revancha. El otro día Ángel Cappa dijo que no hay herida cerrada porque fue un “robo”.
-Los recuerdo son muy distintos de cada lado. Los míos son lindos, es inevitable. Salir campeón en tu casa contra uno de los mejores equipos del fútbol argentino de ese momento… Huracán jugaba muy bien, daba placer verlo, yo me sentaba a ver los partidos de Huracán y realmente lo disfrutaba por cómo jugaba, cómo disfrutaban sus jugadores. Uno que es competitivo, quiere medirse con los mejores y eso le dio un sabor extra a la coronación.
-¿Y cómo lo ves para el domingo?
-Es un partido muy difícil, no sé si una revancha, tal vez para los hincha sea así pero no para los jugadores porque ya no queda ninguno. Va a ser un partido muy lindo para ver, con estilos distintos, muchas ganas de ambos lados, sabiendo que hay un tercero que es Talleres, que viene haciendo las cosas bien hace mucho tiempo y cada vez se mete mas en la competencia. Eso es porque uno hace las cosas bien y respeta los procesos, y la consistencia te lleva a ser competitivo. Vélez está en ese proceso, Talleres y Huracán también, lo mismo Lanús en su momento o River con Gallardo. Cuando uno hace las cosas bien, banca a los jugadores y no los vende tan rápido, tiene una buena metodología de trabajo, se ven equipos competitivo. A Vélez lo veo muy bien, tiene que hacer hincapié en la parte mental y será un fin de semana hermosa para los que no son de Vélez, Talleres o Huracán.
Gabriel Brazenas en el polémico partido entre Vélez y Huracán del Clausura 2009
-¿Volviste a ver la “final” de 2009?
-No volví a ver el partido nunca más. Quedó todo en mi memoria. No miré las acciones, nada. Me puse a disfrutar, nada mas, y vivo de esa manera. La verdad que no sé sobre esas jugadas polémicas. Hoy con el VAR y las cámaras es fácil hablar, opinar, yo digo que hay que estar en el momento con las herramientas que uno tiene, desde la posición que uno tiene y qué es lo que ve cada uno. Hay diferencia de criterios y no todo el mundo estará de acuerdo. Cada uno piensa de una manera y está bien, no significa que uno la comparta, pero hay que respetarla. Para algunos la de Larrivey fue falta a Monzón, para otros no, lo mismo con la de Chiche Arano a Cubero. Cada uno tiene su mirada y hay que respetarla
-El árbitro va a ser Facundo Tello, ¿qué opinás al respecto?
-Tema árbitros, es un poco sensible por lo que se viene viendo en el fútbol argentino en el último tiempo, por lo que veo y leo. Tema de apuestas, rendimientos, hay cosas en el Ascenso que son tremendas y me da tristeza y bronca. Se tira el esfuerzo de muchos jugadores y cuerpo técnico, hay ilusiones de hinchas, se juega con eso y no está bien desde mi punto de vista. Creo que es algo muy grande a mejorar y creo que si Tello se siente influenciado, entonces no está capacitado para dirigir este tipo de partidos. Creo que después de los pergaminos que tiene con Eurocopa y Copa Libertadores, está más que capacitado mentalmente él y todo su equipo. Es una linda oportunidad para ellos, mostrar su nivel y despejar muchas dudas con respecto al arbitraje. Eso es algo que hay que hacer de manera urgente, es una necesidad en el fútbol argentino. No habla bien de nuestro fútbol y tenemos el mejor del paneta, siendo campeones del mundo y de América con el mejor, Messi a la cabeza. Creo que el arbitraje es una de las cosas a trabajar. Entiendo que Toviggino y Tapia son personas inteligentes, no por nada la Selección Argentina está donde está. Creo que está bueno hacer críticas constructivas porque sino no mejorás, no crecés, no te exigen. La crítica constructiva es necesaria y hay que tener la capacidad de tolerarla. Algunos la sienten como amenaza y yo trato de construir, creo que se puede mejorar y están las armas para hacerlo. Creo que es urgente, sobre todo viendo desempeños en el Ascenso de los árbitros, porque la realidad deja muchas dudas de las situaciones. Es momento de empezar a sacar todas esas dudas y suspicacias y hacer crecer el fútbol argentino.
-¿Quién crees que sale campeón?
-Más allá de mi deseo, creo que el campeón va a ser Vélez. Se nos va a dar el título que tanto merece este grupo de jugadores, cuerpo técnico, dirigencia e hinchas que estuvieron en las malas y han acompañado. Me da mucha tristeza lo que pasó con los jugadores e hinchas el otro día, si bien no fueron todos. Siempre digo que el primero que quiere que las cosas salgan bien es el jugador, es el máximo interesado en salir campeón, ganar y festejar. A veces las cosas no se dan y hay que entender eso y hacer memoria de que hace poquito estábamos sufriendo por no descender y ahora jugamos finales. Si se llega el título o no, el camino es éste, porque sino es ahora será otro año, Vélez va a salir campeón si sigue por este camino. Vélez va a volver a vender jugadores al exterior, a llevar jugadores a la Selección. Creo que será campeón ante un gran rival como Huracán y otro como Talleres.
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