Uno de los estadios más emblemáticos de Sudamérica, testigo de dos finales mundialistas, ha sido puesto a la venta con carácter de urgencia. Se trata del Maracaná de Río de Janeiro, donde habitualmente hacen de local dos equipos de alta popularidad como Flamengo y Fluminense, al igual que la Selección de Brasil, cuyo valor de mercado se estimó en 370 millones de dólares.
El recinto que albergó las finales de la Copa del Mundo de 1950, que coronó a Uruguay ante Brasil, y 2014, en la que Alemania celebró ante Argentina; forma parte de los 30 nuevos inmuebles a vender que ingresaron en la lista que La Comisión de Constitución y Justicia de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro modificó en un proyecto de ley elevado al Poder Ejecutivo ante la urgente necesidad del gobierno estatal de recaudar fondos.
La justificación de la necesidad de que la gestión del Maracaná deje de ser responsabilidad del Estado estuvo principalmente vinculada al gasto de alrededor de 185 mil dólares por partido que le cuesta su mantenimiento. Además, el presidente de la Comisión Rodrigo Amorim estimó que de su venta podrían obtenerse cerca de 370 millones de dólares, pero aclaró que el valor real dependerá de “lo que ofrezca el mercado”.
Que no haya un monto fijo establecido para la venta del mítico estadio sudamericano tiene que ver con que el principal objetivo, según la Comisión, no es recaudatorio, aunque sí será de gran ayuda el dinero que se obtenga por él, sino con “evitar los costos derivados del abandono de estos espacios y reactivarlos con un uso más productivo”.

Argentina perdió la final del Mundial 2014, pero conquistó la Copa América de 2021 en el Maracaná. (Foto de Getty).
¿De qué depende la venta del Maracaná?
Previo a la posibilidad de que exista una oferta económica privada para hacerse de la propiedad del Estadio Maracaná, para que su venta sea posible tras 70 años de administración estatal se deberá votar de manera favorable el proyecto de ley por el pleno de la Comisión de Constitución y Justicia de la Asamblea Legislativa del Área de Rio de Janeiro.
Sin embargo, incluso si se aprobara la ley propuesta, el recinto enfrentaría conflictos para su venta ya que, como se describió en el Diario Olé, forma parte de una concesión para su uso hasta 2044 producto de un contrato firmado con el consorcio Fla-Flu (Flamengo y Fluminense) y a que ese grupo económico ya señaló que “el contrato se cumplirá hasta el final”.
Un frustrado intento de compra
En 2011 el empresario Eike Batista, uno de los más ricos de Brasil, quiso comprar el Estadio Maracaná en la previa de grandes eventos que allí tuvieron lugar como la final del Mundial de 2014 y algunas disciplinas de los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro. Esa propuesta generó gran repudio y no siguió adelante, pero en los últimos años el debate sobre la conveniencia o no de vender el estadio para que lo administre una empresa privada ha generado mucha controversia, a la vez que parecería haber sumado un mayor número de adeptos respecto a lo sucedido hace poco más de una década.







