Boca sabía que no iba a tener sencilla la clasificación a octavos de final del Mundial de Clubes. Un grupo con Bayern Múnich, Benfica y el semi-amateur Auckland City suponía, para el Xeneize, un mínimo de tres puntos por el fácil triunfo ante el conjunto neozelandés y no mucho más.
Nadie esperaba que el equipo que estrenaba DT en el certamen global con Miguel Ángel Russo como nombre iba a mostrar semejante cambio de actitud. Pese a la grandeza de Boca, y a los más de 50.000 hinchas que llevó a Miami, en la previa partía por debajo en las apuestas contra Benfica. Un cambio total de actitud y de juego lo hizo dominar el partido y no lo ganó por detalles y errores individuales que, luego, pagaría caro.
Mismo ante Bayern Múnich. Tras comenzar perdiendo, Miguel Merentiel consiguió el empate con una jugada personal maestra y una nueva desatención defensiva sobre el final le costó el empate. Aún así, Boca llegaba con otra motivación, otro juego y, sobre todo, con chances de clasificar a octavos de final al último encuentro, justamente ante Auckland City.
En la previa, con todo este combo, el triunfo ante los oceánicos parecía cantado. En ningún pronóstico se preveía lo que terminó sucediendo. Boca, que venía en levantada, volvió a verse como el Boca de todo 2025 y sumó un nuevo fracaso. Un nuevo papelón. Boca empató 1 a 1 (sí, empató) con un equipo semiprofesional en el que cada uno de sus jugadores tiene un trabajo extra al fútbol en Nueva Zelanda.
Y si bien el triunfo ya no le alcanzaba para clasificar por la victoria de Benfica ante Bayern Múnich, la paridad simbolizó un cierre del Mundial de Clubes sin triunfos y con uno de los partidos menos representativos del Mundo Boca en el último tiempo.
En las antípodas -o no tanto- encontramos a River. Al haber quedado mejor ubicado en el ranking clasificatorio, el equipo de Marcelo Gallardo fue cabeza de serie y el sorteo de grupos lo benefició. Sí, es verdad que tenía a un Inter de Milán subcampeón de Champions, pero también al humilde Urawa Reds de Japón y a un Monterrey de México en crisis y con un DT debutante.
Antes que comience el Mundial, se estimaba que River iba a pasar de ronda y, mínimo, iba a llegar a octavos de final. Un debut con triunfo ante los nipones, aunque sin convencer desde lo futbolístico, iba a dejar al Millonario con un pie adentro de la próxima fase.
Sin embargo, los de Gallardo se complicaron solos empatando 0 a 0 con Monterrey. Y en la última fecha, cuando tenía que jugarse la patriada ante Inter, cayeron 2 a 0 intentando jugar de igual a igual con un rival claramente superior, estirando una racha de casi 4 décadas sin anotarle goles a equipos europeos en torneos oficiales.
El balance le da a favor a Boca -por poco-
Por las expectativas, por lo que se esperaba de cada uno en la previa y los resultados obtenidos, Boca termina teniendo un Mundial de Clubes mejor que River. El Millonario tendrá el plus para adjudicarse de haber ganado al menos un partido, y que llegó con vida dependiendo de sí mismo al final de la fase de grupos, y que si bien no estuvo a la altura, no pasó un papelón como sí lo hizo Boca.
Lo cierto es que, a pesar de este existente bochorno, a Boca le sobró un papelón histórico para hacer un mejor Mundial de Clubes que River. El equipo de de Brandsen 805 llegaba con un entrenador nuevo y siendo parte del grupo de la muerte. La intención inicial era no pasar papelones ante Bayern y Benfica, y mostraron un gran rendimiento allí. El traspié estuvo en el partido más sencillo.
River, pese a tener servida en bandeja la clasificación, incluso con la victoria inicial, no supo acomodarse en su grupo y terminó quedando afuera sobre la chicharra.
Miguel Ángel Russo, el DT que volvió a Boca para el Mundial de Clubes
De todas formas, ninguno de los dos puede quedarse en el molde y sacar chapa al respecto. Hace tiempo que ambos equipos derrapan y no parecen encontrar el camino correcto para volver a ganar un título, o mínimamente para competir hasta el final. Ni Boca ni River demostraron estar a la altura de sus hinchadas, que se movieron desde Argentina y por todo Estados Unidos para apoyar, y terminaron viendo dos decepcionantes ocasiones para el fútbol argentino en el panorama mundial.
Lo poco rescatable de Boca
Dentro del papelón gestado por Boca en tierras norteamericanas, hay ciertas cuestiones a rescatar. Primero y principal, el apoyo de su gente. 50.000 almas bosterizaron Miami y poco menos de 20.000 viajaron a Nashville para el último compromiso. Luego, a nivel deportivo, el conjunto xeneize comenzó con una de cal y una de arena el tercer ciclo de Russo.
Y se puede destacar la actuación de 5 futbolistas, que se convertirán en piedras fundamentales para la reconstrucción del club: Ayrton Costa, Lautaro Blanco, Rodrigo Battaglia (de 5) y Miguel Merentiel por lo hecho en el Mundial de Clubes, más la llegada de Leandro Paredes que se cerró en las últimas horas. Por último, quedó más expuesto que nunca los nombres que el club debe desprenderse de inmediato para que Boca finalmente vuelva a alcanzar la gloria.
Merentiel, emblema y escudo de Boca en el Mundial de Clubes
Marcos Rojo, Sergio Romero, Cristian Lema, Frank Fabra, Luis Advíncula, Edinson Cavani y otros futbolistas negociables se deberán marchar para dejar paso a un nuevo Boca que florecerá en manos de Miguel Ángel Russo y la base que encontró durante el Mundial. A fin de cuentas, el papelón histórico, suficiente para estar apenas un escalón por encima de River en el certamen, debe ser un cachetazo de realidad para dejar la mediocridad y la aspiración por “competir” de lado, para que Boca finalmente vuelva a ser Boca.
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