El punto que River rescató en su visita a Sporting Cristal, producto de un gol de Rodrigo Aliendro a seis minutos de que se cumpliera el tiempo de juego reglamentario, complicó las opciones del equipo de meterse en los octavos de final de la Copa Libertadores.
Previo al tanto del mediocampista, el que había tenido el empate en sus pies fue Miguel Borja, quien como en el último Superclásico ante Boca se hizo cargo de una ejecución desde el punto penal, aunque no corrió esta vez la misma suerte y vio al arquero Renato Solís taparle su remate.
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Con el fallo del colombiano, además de haber desperdiciado la posibilidad de sumar de a tres y acomodarse en un Grupo D que lo sigue teniendo en la última posición, al equipo que conduce Martín Demichelis se le cortó además una larguísima racha positiva.
Esto tiene que ver con que River llevaba 20 penales convertidos de manera consecutiva, sacando máximo provecho a esa situación. En total, habían transcurrido un año y nueve meses sin malograr un tiro desde los doce pasos. Al que le había tocado sufrirlo en aquella ocasión fue a Julián Álvarez, en agosto de 2021, cuando el arquero de Aldosivi José Devecchi la adivinó la intención de picársela y contuvo sin problemas su remate.
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River necesita ahora ganar sus dos partidos para poder clasificarse a los octavos de final de la Copa Libertadores, con la ventaja de que ambos los disputará en condición de local. Pero jugará con la presión extra de saber que una derrota, sumada a un triunfo de The Strongest, lo dejará inmediatamente eliminado.