La historia de Guillermo Fernández en Boca fue muy diferente a lo que todos imaginaban en un comienzo. Pasa que el jugador llegó como el primer refuerzo de Juan Román Riquelme, que lo rescató de un mal presente en el Cruz Azul de México para que sea figura en el equipo de Miguel Ángel Russo.
Y así fue al principio: el DT lo llenó de confianza, el futbolista respondió y de a poco, se fue ganando el corazón de los hinchas que lo pedían partido tras partido. Pero de golpe, todo cambió y la cosa se puso bastante oscura.
Cuando desde el Xeneize decidieron comprarlo (ya que estaba a préstamo con opción), las condiciones del contrato cambiaron y el propio protagonista afirmó que no quería seguir vistiendo la camiseta azul y oro, por lo que lo relegaron del primer equipo.
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De a poco, hasta dejó de entrenarse con el plantel y desde que el fútbol se retomó tras la larga pausa que impuso la pandemia del coronavirus, jugó muy pocos partidos, hasta que el contrato venció cuando el 2020 se fue y él regresó a la institución dueña de su pase.
Hace muy poco, sonó como variante para el River de Marcelo Gallardo, lo que significaría la frutilla del postre para que su relación con la gente de Boca no se pueda recomponer nunca más. Pero ahora otro club argentino se suma a la pelea.
Se trata de Racing, donde Pol ya supo jugar y no ve con malos ojos regresar, ya que le podrían dar el rodaje que necesita para volver a su mejor nivel. Eso sí: desde la Academia deberían comprarlo, ya que es la única forma en la que lo dejarían salir.