Este sábado, en la T-Mobile Arena de Las Vegas, Saúl El Canelo Álvarez se encontró con la versión menos peligrosa de Gennady Golovkin si se compara con sus dos enfrentamientos anteriores. Y aunque no estuvo cerca de noquearlo, como había manifestado que hubiese querido, tampoco puso nunca en riesgo su victoria.

El tapatío dominó al kazajo de inicio a fin y si hubo alguna polémica en las tarjetas de los jueces que lo dieron como ganador de manera unánime fue porque incluso pareció merecer mayores diferencias que las que marcaron las puntuaciones de 116-112, 115-113 y 115-113 en su favor.

 

Habiéndose liberado de la cuenta pendiente con Golovkin, habiéndolo hecho sin dejar lugas para las dudas, Saúl El Canelo Álvarez podrá enfocarse ahora en los otros objetivos que tenía en mente para la continuidad de su carrera, especialmente en la posibilidad de concretar una revancha ante Dmitry Bivol que muchos no le recomiendan.

Herido en su orgullo, el tapatío hubiese querido tener desquite con el ruso inmediatamente después de ser derrotado en decisión uánime, pero Eddie Hearn lo convenció de tomar primero la trilogía ante Golovkin. Cumplido ese paso, parecería que Canelo no querrá que le pongan delante ningún otro boxeador que no sea Bivol la próxima vez que suba al cuadrilátero.

Salga como salga una hipotética revancha ante el ruso, parecería que el mexicano no tendrá mucho más que hacer en las 175 libras y podría regresar a 168 para continuar defendiendo su campeonato mundial indiscutible ante nombres de peso, especialmente David Benavídez y otros que podrían llegar desde el peso mediano como Jermall Charlo y Demetrius Andrade.

Canelo tiene un asunto urgente que atender

Antes de pensar en una revancha ante Dmitry Bivol o en una nueva defensa del campeonato mundial indiscutible de peso súper mediano, Saúl El Canelo Álvarez ya avisó que muy probablemente tenga que someterse a una cirugía en su mano izquierda, pues como manifestó tras vencer a Golovkin "no podía ni siquiera agarrar un vaso". Así las cosas, tal vez el tiempo que transcurra antes que regrese a los cuadriláteros sea mayor del que estaba previsto.