La lucha libre no es un deporte exento de historias cargadas de misterio. Así como en el futbol se habla de estadios malditos y en el béisbol de maldiciones legendarias como la de Chicago Cubs, el pancracio tiene relatos de suspenso que terminan por convertirse en mitos trágicos debido a las distintas versiones que se manejan sobre ciertos personajes. Tal es el caso de El Solitario.
Este luchador, considerado por expertos como el mejor de todos los tiempos, falleció en 1986 a los 39 años cuando se encontraba en la cúspide de su carrera. Hasta la fecha continúa debatiéndose sobre las causas de su muerte. Informaciones indican que murió en un quirófano al no resistir la anestesia para una cirugía. Otras versiones indican que fue víctima de un paro cardíaco fulminante como consecuencia de una infección de estafilococos que no se atendió a tiempo. También se llegó a sostener por tres décadas que había muerto debido a una hemorragia interna derivada de supuestos golpes excesivos por parte de Fishman en la última lucha que sostuvo.
A las confusiones sobre el motivo de su deceso, se suma una trama de corte paranormal con relación a un pacto macabro que tuvo con su compadre, Ángel Blanco. El inicio de este entramado, según lo que se ha contado desde la década de los setenta, tiene que ver con la premonición de El Solitario de que iba a morir joven. Era algo que solía comentarle a sus compañeros con frecuencia.
Posteriormente surgió una de las leyendas más famosas de la lucha libre mexicano: el acuerdo que hizo con Ángel Blanco para que el primero que muriera de ellos vendría desde el más allá por el otro inmediatamente. Luchadores de aquella época aseguran que tal pacto sí fue verídico. Algunos desmienten esa afirmación al decir que fue un invento de la prensa.
El público se inclinó por la idea de que fue un acto verdadero tras la muerte del Ángel Blanco en un accidente automovilístico dos semanas después del fallecimiento de El Solitario. Se daba por hecho que el enmascarado de oro volvió de la muerte para cumplir la promesa de llevarse a su compadre.
Esta historia cobró más fuerza con los testimonios de luchadores que viajaban en el automóvil que sufrió el percance donde perdió la vida el integrante de la ola blanca. Uno de esos gladiadores es Mano Negra, quien narró a El Hijo del Santo cómo fue que Ángel Blanco le dijo que soñó con El Solitario la noche previa del accidente comentándole que venía por él.
El testimonio de Mano Negra abona una mayor carga sobrenatural al famoso pacto que se hicieron en vida los compadres. Se ha rumorado incluso que gladiadores que convivieron con ellos en ese periodo recurrieron al chamanismo y la brujería para limpiarse de esas energías, o bien para mantener alejados a sus espíritus. Y así el mito del acuerdo macabro perdura a través de anécdotas que acarician la ficción sin dejar de lado el realismo trágico de sus protagonistas.