Uno de los grandes dilemas y conflictos que atraviesan todos los deportes está relacionado a las distintas pagas que reciben los atletas en la rama masculina y femenina. Se vuelve imposible el no comparar las ganancias de un lado y el otro, por lo que en este caso se puso en en primera plana al basquetbol. En una lucha encabezada por las propias jugadoras de la WNBA, la liga decidió oír el reclamo y realizar una oferta buscando ponerle fin al problema, pero la respuesta fue negativa.
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Para tener una idea, el salario mínimo promedio de las basquetbolistas ronda los 66.000 dólares y el máximo los 250.000 de la moneda estadounidense. En ese sentido y teniendo en cuenta que en la NBA las estrellas están firmando extensiones de contrato por sumas jamás vistas antes en la historia del deporte, la jugadoras decidieron alzar la voz para expresar su profunda disconformidad con la diferencia de salarios que existe.
La oferta que rechazaron las jugadores de la WNBA
En base a eso, en el último Juego de las Estrellas se eligió mostrar un contundente mensaje que decía “paguen lo que nos deben” y el escándalo tomó una trascendencia muy grande. Por esa razón, desde la organización decidieron ofrecer una suba de salarios de 66.000 dólares el mínimo a 250.000 y de esos 250.000 a 1.000.000 como máximo. La respuesta de las jugadoras fue contundente: “Es como una bofetada en el rostro”.
El fastidio es muy grande porque, por poner un ejemplo, la estrella más grande de toda la NBA como lo es LeBron James recibirá un salario de 52.6 millones de dólares solamente en la próxima campaña. La diferencia es impresionante y eso es lo que más indigna a las jugadoras de la WNBA.
LeBron James supera por amplio margen las ganancias que obtienen las jugadoras de la WNBA. (GETTY IMAGES)
Para entender una de las razones por las que sucede esto, hay que explicar que la WNBA recibe apenas el 9,3% de toda la liga, mientras que la NBA se lleva entre el 49 y 51% de los ingresos que genera el mejor basquetbol del mundo.La explicación de las jugadoras es que su liga ya ha tenido el crecimiento suficiente en visibilidad como para tener el reconocimiento que se merecen.
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Aún se desconoce como continuará la situación. Está clara la postura de las jugadoras de la WNBA de llevar hasta las últimas consecuencias e insistir en reclamar por lo que creen como justo, mientras que la liga intenta ofrecer lo que entiende como lo más atinado. De todas maneras, no existe un peligro que involucre un escándalo mayor en el que opten por una huelga o alguna medida de fuerza similar.
