No marcó ningún gol. No dio ninguna asistencia. No tuvo remates al palo o salvadas de la línea, entonces: ¿por qué la organización de la Copa América le dio el título del jugador del partido a Renato Tapia? La respuesta podría estar en los números. Sí, esas estadísticas, frías y herméticas, que no permiten subjetividades y que solo tienen una interpretación.
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Disputando todo el partido, Renato Tapia se estableció en el mediocampo. Con labores de ataque, pero priorizando siempre la defensa, por momentos fue un hombre más de ofensiva que un zaguero rústico que solo quiere despejar el balón. Entregándose en cada jugada, eso no registran los números, el ‘Capitán Futuro’ fue vital en la recuperación del balón.
Como un filtro de calidad, Renato Tapia recibía balones y los pasaba. Hacia adelante, a los lados o hacia atrás, el volante del Celta de Vigo realizaba la misma acción mientras su camiseta número 13 le traía buena suerte. Con el dorsal reposando en su espalda, el mediocampista realizó 57 toques del balón.
Estadística puro, los números de Renato Tapiaante Colombia denotan un alto grado de efectividad. El volante llegó a completar 29 pases de 39 lanzados. Ósea, más de la mitad llegaron a botines de algún compañero de la Selección Peruana. También, ganó 5 duelos de 13 que disputó. Acá quizá sí empieza a tambalear los registros positivos, pero recordemos que, cada uno de esos enfrentamientos que realizó, peleó el balón hasta el final. Su camiseta nunca más volvió a ser blanca.
En duelos aéreos, ganó 2 de 3 que disputó, cometió 3 faltas y realizó 2 intervenciones. Entonces, ¿por qué la organización de la Copa América lo decretó como el jugador del partido? Sencillo, existe una condición que los números no pueden medir y se llama entrega. Temple. Sacrificio. Y en esos apartados, Renato Tapia no solo es el mejor del partido; sino que, resulta ser, casi siempre, también, el mejor en la vida.
