Es imposible mencionar a Robin sin nombrar a Batman. Suena raro recordar a Bernardo sin hablar de El Zorro. Y así es la Champions League... imposible de despegarla del Real Madrid. Por más de que el match del Liverpool en Francia rozó la perfección, una situación clara le alcanzó a Vinicius Jr para marcar el único tanto del duelo y darle al Merengue su decimocuarta Champions. Courtois, por su parte, pagó en un partido los 40 millones que los españoles pusieron por su pase.

El primer tiempo estuvo dividido en dos etapas. Los primeros 25 minutos fueron un monólogo del Liverpool arruinado por Thibaut Courtois, que hizo hasta lo imposible para mantener su valla en cero. El mediocampo fue de Thiago y Fabinho, que se lo repartieron de la mejor manera y los españoles sólo desplegaron un arma: el pelotazo para Vinicius a espaldas de Alexander-Arnold.

Luego, en los 20' restantes, aprovechando la inteligencia de Kross y Modric para manejar los hilos, el Madrid puso paños fríos a la final y ¡hasta llegó a convertir en los pies de Benzema! Finalmente el VAR lo anuló por posición adelantada y ambos se fueron a los vestuarios sin goles. Aunque los de Ancelotti dejaron el terreno más conformes...

En el complemento, el Madrid se puso la capa de héroe. Se calzó la corona de Rey absoluto de la competencia y sacó a relucir toda su mística. Valverde desbordó con gran criterio y con un buscapié potente encontró a Vini, que sólo tuvo que empujarla y salir a festejar. Y aunque restaba una eternidad, los de la Casa Blanca se replegaron y apelaron a la jerarquía. A meter el duelo en el freezer.

Así, sufriendo por pasajes en los que el equipo de Jürgen Klopp apretó el acelerador, el Madrid comenzó a hacerse fuerte. A sentirse internamente campeón. Y sí, a pensar cuándo comenzará la colecta de llaves para convertir a Courtois es estatua. El arquero tuvo la noche de sus sueños y el Rey de Europa volvió a levantar la Orejona.

¿Y quién se acordará mañana del sufrimiento, de las chances de Mané, Salah y compañía? La fiesta fue Merengue. La Champions está teñida de blanco nuevamente. La mística es inigualable. Ya son 14 las Orejonas que descansan en las vitrinas del mejor equipo del planeta. Y la historia continuará...