Pudo haber sido cantautor o abogado, pero se inclinó por el fútbol y hoy, a los 79 años, Pancho Sa puede ostentar ser el futbolista con más Libertadores que cualquiera, seis en total, 4 con Independiente y 2 con Boca. Además, se dio el lujo de debutar en River y jugar en la Selección Argentina.
En una charla con Bolavip hizo un repaso por su carrera, recordó a grandes compañeros como Gatti, Bochini, Maradona y Bertoni, entre otros, y habló sobre su vida actual en la que disfruta como predicador evangelista.
-Vos naciste en Formosa y al poco tiempo te fuiste a Goya, Corrientes. Contame un poco de ese Pancho o Panchito que después llega al fútbol grande de la Argentina.
-Yo nací en un paraje que se llama El Paraíso cerca de Las Lomitas en el medio del campo. Mis otros dos hermanos nacieron ahí y después tengo una hermana mayor que estaba en edad escolar cuando mis padres con sus hermanos decidieron venir y se radicaron en Goya. Yo no me acuerdo de mi vivencia en Formosa, era chiquito, tendría un año y medio, dos, no sé, cuando vine a Goya. Acá me fui entreverando entre mis amiguitos que vivían ahí cerca de mi casa y teníamos una barra y jugábamos y después me inscribí en Central Goya que fue mi primer equipo. Ahí jugué par de años en la quinta división era hasta 15 años y fíjate vos, sabés que yo tengo un tengo suerte porque salí campeón las dos veces. A los 15 años jugué en la Primera, ahí tuve un periodo de adaptación pero el segundo año ya estaba de titular en la primera y salimos dos años consecutivos campeón con Central Goya. Terminé la secundaria y me fui a estudiar abogacía a Corrientes. Entonces, tuve la oportunidad de que Huracán de Corrientes se fijara en mí, el doctor Romero Ferris me llevó y entonces jugué para Huracán, también con buena suerte, digamos que de cuatro campeonatos ganamos tres. Era difícil antes porque se jugaba un solo campeonato. Me vieron jugando el campeonato regional, me vio River y me trajo a Buenos Aires. Ahí empezó mi carrera profesional.
-Cuando te llamó River, no lo dudaste ni un segundo...
-Yo soy hincha Independiente, que también estaba interesado en mí. Yo creo que lo que me hizo muy bien es haber venido a Buenos Aires. Tanto River como Boca son equipos poderosos, pero yo jamás en mi vida me imaginé que iba a venir a jugar al fútbol profesional. Yo me fui a estudiar a Corrientes y bueno, me salió esta oportunidad y por supuesto no lo dudé. Vine a River y me encontré con monstruos que estaban ahí. Se estaba yendo Amadeo Carrizo, estaba Ermindo Onega, el Indio Solari, Roberto Matosas, grandes figura de otros tiempos que nosotros no los veíamos, los escuchamos de lejos. Bueno, yo estuve con muchos de ellos.
-¿Y qué recuerdos tenés de tu paso por River?
-Lo que tengo es que fui un reservista bárbaro porque jugaba en la Reserva y que me sirvió muchísimo. Jugué un par de partidos en la Primera, algunos amistosos también en la Primera y creo que me hizo muy bien. Conocí un gran compañero como Pipo Ferreiro, con quien tenía muy buena amistad. Al tiempo, cuando River no hizo uso de la opción de mi compra, me recomendó a Independiente, él me llevó ahí, me presentó al presidente, al vicepresidente y bueno y ahí empezó otra historia.
-Bueno, llegaste a Independiente después de ese paso breve por River. Te tocó ganar todo y jugaste también con jugadores que fueron monstruosos.
-Sí, cuando yo llegué estaba el Pato Pastoriza. El Pato Pastoriza era un hombre importante, era un líder natural. Y es cierto, estaba el Chivo Pavoni, Pepe Santoro, jugadores que, qué sé yo, que tenían una marca registrada. Bueno, y se fueron… Cuando llegamos nosotros, se fueron tres jugadores importantísimos, se fue la delantera Independiente. Bueno, y lógicamente quedó un equipo diezmado. Independiente había salido campeón el año anterior. Pero vino un técnico que me conocía, que fue mi técnico en la reserva de River, que fue el Polaco Cap. Y bueno, al principio no jugaba, pero después fui entrando despacito. Sabés que tenía una cosa buena yo: tocaba la guitarra y cantaba. Entonces, despacito fui entrando, tocando, cantando con los muchachos y bueno, me hice parte del grupo y cuando tuve la posibilidad de ser titular, me afiancé y me fue bien en todos los aspectos, digamos, porque teníamos una buena relación. Aparte, Independiente en ese tiempo era conocido por una gran familia, la Gran Familia Roja. Bueno, yo formé parte de esa gran familia.
-¿Y qué se siente como hincha de Independiente haber ganado absolutamente todo con tu equipo?
-Bueno, para mí, como yo te digo, fue toda una sorpresa. Aparte, cuando yo llego a Independiente, me gustaba y decía que podía tener posibilidades, pero ni me imaginaba hasta dónde podíamos llegar. Pensá que yo cuando estaba en Goya levantaba los brazos como los jugadores de Independiente que jugaban la Copa Libertadores en el 64 o 65 y bueno, y yo después ya estaba también levantando los brazos o sea, fue un tiempo hermoso, fue un tiempo inolvidable que he conseguido todo. Todos los años que estuve en Independiente salimos campeones de algo. Cinco años estuve en Independiente y salí ocho veces campeón.
-Vos me decías que la guitarra fue un poco el puntapié para que vos te puedas sumar al grupo. Sé además que grabaste dos discos.
-Sí,
– Siempre tocando la guitarra y folclore, ¿no?
-Sí, folclore.
-Y vos me decía que tuviste así encuentros con Jaime Torres y con otros.
-Sí, tuve. Incluso nos habían invitado a su casa también a comer, íbamos con los muchachos y sus mujeres.
-Tus grandes pasiones fueron el fútbol y la música.
-La música, sí. Yo te digo, tuve un pasado importante también en la música. Lógicamente que hubo un técnico que tuve que me dijo, mirá, vos te tenés que dedicar a esto o a esto. Yo te aconsejo el fútbol.
-¿Se puede saber quién?
-José María Silvero fue un técnico que fue capitán de Boca en la década del 60, una gran persona. Y él me dijo, porque nosotros habíamos ganado en Cosquín un festival, y vine acá a Buenos Aires a grabar un disco, que es uno de esos discos que te decía. Entonces grabamos un disco y nos quedamos, andábamos actuando en la televisión, en algunas peñas por ahí. Pero yo me había comprometido a volver más o menos como para agosto, ahí, a Corrientes que se jugaba el campeonato regional. Y bueno, él se hizo cargo del equipo, y empezamos a jugar el campeonato regional que clasificaba para venir a jugar el campeonato nacional. Y bueno, y entre esos partidos, él me vio que tenía condiciones y bueno, entonces… Un día me citó al centro de Corrientes y me invitó a tomar un café. Estábamos conversando y él me dice, ‘Mirá Pancho, yo quería decirte una cosa, te invité para esto, decirte, vos sos un chico que tiene condiciones para jugar en Buenos Aires. Entonces, te tendrías que decidir entre el canto y el fútbol. Yo te aconsejo el fútbol. El canto, a veces uno está en grupo y tiene que repartir la plata entre varios y a veces es difícil y no se consigue el trabajo. Pero vos tenés condiciones para triunfar en Buenos Aires’. La verdad, yo hacía chilenita adentro mío, los saltos que pegaba de la alegría, que una persona como él, capitán de Boca, un hombre que fue figura de Boca, me estaba hablando y me estaba diciendo esas cosas. Entonces para mí era… Era re importante y así lo hice.
– Con respecto a Independiente, ese equipo era un equipazo que ganó absolutamente todo como decíamos. ¿Ricardo Bochini es uno de los mejores o es el mejor jugador con el que jugaste?
-Yo jugué con Maradona.
-Claro, eso venía después en la época de Boca.
-Sí, el Bocha fue un jugador excepcional.
-¿Qué es lo que tenía Bochini?
-Y Bochini era un tipo muy inteligente para jugar, era un jugador desequilibrante. encima, o sea, se fue el Pato Pastoriza y vino Bochini y vino Bertoni. Y los dos le dieron una inyección de juventud al equipo, no éramos viejos, pero le dio esa impronta que quizás necesitaba el equipo. El Bocha y Bertoni, que fue un jugadorazo para mí. Bochini fue un jugador desequilibrante, un hombre que tenía un talento espectacular, tenía una visión de juego, una precisión en el pase. Digamos que de repente por ahí también ha hecho goles que se limpió como tres, cuatro, cinco jugadores. O sea que… No puedo decir nada más de que todo el mundo decía de Bochini. Al Bocha, capaz que se lo consideraba casi en el final de su carrera con una característica, pero yo lo conocí en el principio que… El Bocha jugaba de número 9 en las divisiones inferiores. Y después se fue acomodando ahí, era rapidísimo, tenía una gambeta, una conducción en velocidad muy buena y era un jugador es equilibrante. Cuando cazaba la pelota, hacía desastre.
Pancho Sa, jugando para Boca, enfrentando a Maradona, en Argentinos Jr.
-Bueno, y ahí después de Independiente, de haber ganado todo, llegás a Boca, que también ganaste dos Copas Libertadores y otros torneos locales y ahí jugaste con Maradona, con muchos otros jugadores y tuviste a Toto Lorenzo. Pero jugaste con Maradona en el 81 ¿Fue el regalo de tu carrera?
-La frutilla del postre. Y sí, Diego fue un jugador excepcional, jugador extraordinario digamos que… Jugué poco ya también ese año, el último año mío en Boca, pero jugué muchos partidos con él. Y también algunos partidos amistosos, fuimos a África. Fue un jugador espectacular, Diego está dentro de los grandes jugadores de todos los tiempos.
-¿Hay alguna historia que tengas con él, mano a mano?
-No sé, en realidad no sé qué contarte, pero yo tenía una muy buena relación con él porque el cuñado suyo era íntimo amigo mío. Diego venía a ver los partidos de la Copa Libertadores de América cuando yo estaba en Independiente y venía con el Colorado Machuca que es mi amigo y era su cuñado. Y venía a ver los partidos porque él lo quería ver a Bochini, él era hincha de Bochini. Diego ha sido un jugador amado por los hinchas, no solo por el hincha de Boca, sino en el mundo entero ha sido un tipo que ha dejado una estela impresionante.
-¿Y qué recuerdos tenés de tu paso por Boca?
-Muchísimos y buenísimos todos. Yo jugué más en Boca que en Independiente. O sea, en Independiente jugué cinco años, en Boca jugué seis. Y por supuesto que los recuerdos que tengo son buenísimos. Hemos ganado títulos, hemos ganado cosas importantes, hemos hecho un grupo espectacular, tuvimos un técnico bárbaro, un presidente de lujo.
-Contame un poco de Toto Lorenzo.
-Juan Carlos era un adelantado. Viste que nosotros hablamos del Loco Gatti que era un adelantado. Bueno, Juan Carlos dirigiendo también era un adelantado. Muchas de las cosas que hacen hoy las hacía él hace 50 años.
-¿Cómo por ejemplo?
-Juan Carlos era un hombre de que mandaba a mirar al equipo contrario, nos llevaba a nosotros a ver. Los trabajos que él hacían, se hacen hoy, digamos. Era un hombre que tenía muy buen ojo para el jugador, veía bien los complementos, qué jugador se complementaba bien y armaba su equipo, en este caso este Boca, que fue un equipo que para nosotros, como yo le digo a veces a tus colegas, que para mí con ese equipo eramos invencible y fue así porque hemos conseguido cosas. Dos Copas Libertadores América, un bicampeonato, le ganamos a River en una final, en la única final por el campeonato local que se jugó, nos clasificamos y jugamos la Copa Intercontinental, también la ganamos. Y él demostraba el conocimiento que tenía. El Toto sabía que cosas. Nosotros jugamos un partido en Brasil y él decía, ‘Yo tengo que sacar un jugador y tengo que poner uno que me va ganar el partido’. Y el jugador que quería poner era Miguel Ángel Bordón y Miguel tenía una pegada fenomenal y entonces él quería sacar a alguien. Al final lo sacó al Colorado Suárez y Miguel hizo dos goles, le ganamos al Atlético Mineiro allá 2 a 1 con dos goles de tiro libre de Miguel. Entonces yo me acuerdo que terminamos el partido y le dije ‘Juan Carlos qué visión, qué visión’, y él me dijo otra cosa: ‘Yo le pedí uno y me hizo dos’.
Sa, Pernía y Gatti en La Bombonera
-Vos recién mencionaste al Loco Gatti, que lamentablemente falleció unos días atrás. ¿Qué me podés contar del Loco? ¿Algo distinto a lo que ya conocemos que era un personaje divino?
-Y el Loco Gatti fue un adelantado, así como te decía, era un sabio en el arco, se complementaba muy bien con nosotros, la defensa. Nosotros hacíamos una presión mediana, no tan alta como dicen hoy, hasta la mitad de la cancha y él era rápido, intuitivo, visionario, y veía jugadas y a veces salía afuera del área a resolver jugadas y él quería que sea así. Era seguro, muy buen arquero, antes de lesionarse para mí era casi imbatible.
-Él decía que era el mejor. ¿Era mejor?
-Y mirá, de los que yo tuve, Pepe Santoro y el Loco Gatti. El Loco Gatti fue totalmente diferente a Pepe, porque el Loco Gatti tenía otras características. El Loco Gatti dejó una escuela. Pepe era un arquero, ¿cómo te puedo decir? tradicional.
-¿Qué se siente ser el jugador que más Copa Libertadores ganó de la historia?
-Me siento orgulloso. La verdad tener un récord siempre es bueno. Y a mí me llena de satisfacción, de orgullo y me pongo muy contento de saber que hace.
– ¿Y nadie puede batir ese récord?
-Y no sé, porque yo siempre le digo, sí, pasó mucho tiempo, digamos. Pero lo que yo digo es que todos los récords están para ser batidos.
-Vos eras técnico de la Reserva de Boca e interino después de Bilardo en el 96, ¿no?
-Sí, de dos partidos y en tres días.
-Y ahí lo conociste, lo tuviste a Román, a Riquelme.
-Yo lo tuve en la Reserva, lo tuve a Román.
-¿Qué me podés contar de Román? ¿Es otro gran jugador que tuviste tanto como Bochini y Maradona?
-Lo que pasa es que Román era un pibe recién. Él tenía 18 años, recién empezaba, pero indudablemente tenía una calidad, un gran jugador. Y después se fue afirmando, pero con un par de años después, digamos. Aunque ese mismo año que yo lo tuve, debutó en la Primera.
-¿Y le diste algún consejo a Román?
– ¿Y qué consejo le puede dar al tipo que juega bien?
-¿Creías que iba a hacer lo que fue después profesionalmente?
-Lo que yo te decía, yo nunca imaginé que yo iba llegar a tal lugar. Y uno nunca se imagina cómo se va a desencadenar todo, cómo se va a desarrollar. Tenía condiciones y se hablaba mucho y muy bien de él. Y bueno, era muy… ¿Cómo te puedo decir? Era muy callado. Hablaba poco, era silencioso, pero tenía una técnica muy buena y le pegaba muy bien a la pelota. Yo con el que más hablaba era con el papá. Nosotros entrenábamos allá en empleados de comercio, cerca de Ezeiza, por ahí, y todos los días el papá venía y me preguntaba, ‘¿Cómo lo ve al pibe?’, me decía. Y yo le decía que lo veía bien, por supuesto. Y bueno, hablábamos un poquito. Pero Román era de pocas palabras. Pero con personalidad. Sí, con la personalidad.
-Y ahora qué loco, ¿no? Porque vos lo tuviste de pibe a los 18 años y ahora se convirtió no solamente en el presidente, sino que en el máximo ídolo del club.
-Ha cambiado tanto desde que yo lo conocí ahora. Veo que la verdad es una figura nada que ver con la que yo tenía, que era un jovencito con ilusiones, supongo. Y hoy tiene un presente fenomenal.
-¿Nunca más hablaste con él?
-Nunca más.
-¿Qué le dirías a Román, a este Román presidente de Boca?
-Lo felicitaría por su carrera y le diría quién soy yo, porque a lo mejor ni se acuerda, ¿viste? Porque pasó mucho tiempo. 30 años más o menos pasaron.
-¿Creés que no se acuerda de vos?
-Yo creo que se puede acordar, pero lo que pasa es que todos cambiamos. A veces a lo mejor él tiene una imagen mía de aquel tiempo y capaz que me ve por ahí, no me reconoce, pienso. A veces pasan estas cosas que uno no es que no lo quiera saludar, sino que por ahí no lo ve. Pero de todas maneras, creo que él ha tenido un un presente futbolístico impresionante o un pasado ya, pero creo que debe haber sido y es el jugador más amado por el hincha de Boca.
-¿Y hoy como presidente cómo lo ves?
-Y no sé, le cuestionan. Viste que cuando estás ahí, como es el mando de algo, siempre tenés tus cuestionamientos, le cuestionan que para uno es bueno y para otro no es tan bueno y que elige mal. No sé, yo no conozco las internas. Yo no sé cómo funciona un presidente, un secretario del club, el tesorero. No sé cómo trabaja. No sé si tienen deuda, si no tienen deuda, si están pendientes de vender jugadores o de comprar. Boca siempre fue exigente en todo y en todo. Y bueno, yo no sé cómo es Román, cómo es como presidente, como yo te digo, nunca hablé con él. Aún si, aún si hablara con él, tampoco me va a contar. No. Entonces no se sabe, son cosas que son íntimas, internas.
Sa como predicador evangelista.
-Francisco, una vez que te retiraste del fútbol, ¿puede ser que te abocaste un poco más a lo que es la religión?
-Sí, o sea, no es que me aboqué. Como decís, algo pasó en la vida de mi esposa y conocí algo diferente. Profundicé más el conocimiento. Sé quién es Dios, sé quién es Jesucristo, sé quién es el Espíritu Santo. Entonces, de alguna manera, antes no lo sabía. Y por supuesto fui creciendo, pertenezco a una iglesia evangélica hace como 30 y pico de años.Y por supuesto soy un hombre de fe, creo que Dios está vivo, que Jesucristo resucitó y que vive, y que el Espíritu Santo es un compañero que tenemos. Esto es lo que de repente hacen que sea diferente a otro. O sea, la palabra está escrita, la Biblia, la Sagrada Palabra está ahí. Entonces está al alcance de cualquiera. Y yo creo que a lo mejor uno dice, sí, me dediqué a la religión. No, no es una religión, es una relación entre Dios y vos, como podés tener con vos, con tu hijo, con tu hermana, con tu papá, con el que sea. No es necesario ser católico o evangélico para tener una relación con Dios, pero sí es importante profundizar el conocimiento, saber qué está diciendo este, qué está hablando, de que Dios dijo que no, Dios no dijo esto, dijo esto. Entonces, si vos lo querés conocer a Bochini, si lo querés conocer a Pelé, si lo querés conocer a Napoleón, a San Martín, ¿que hacés? lees la historia, la biografía. Yo conozco esto.
-Y ahora sí, la última. Sacando a los jugadores argentinos que me nombraste como Maradona, Bochini, Bertoni y otros. ¿Cuál fue el jugador extranjero que más te costó marcar?
-Y sí, Johan Cruyff fue un jugador extraordinario. Pero me ha tocado bailar cada samba.
– ¿Cómo por ejemplo?
-Cuando jugamos con la Juventus, tenían un José Altafini, creo que era. Sí, creo que era Altafini, un jugadorazo, un número 9. También lo marqué a Luis Aragonés. Bueno, fueron grandes jugadores. Tuve que marcarlo a Sandro Mazzola un italiano que jugaba muy bien. O sea, me ha tocado, pero yo creo que de todos esos Johan Cruyff fue el top, el más difícil, jugadorazo.
-Sentís que, ahora sí la última, que Kempes no es tan valorado acá en la Argentina?
-Yo pienso que sí, Mario está a la altura de los grandes jugadores mundiales. Pero lo mismo con Daniel Bertoni. Para mí Bertoni fue un extraordinario delantero, que se habla poco de Daniel. Daniel fue un jugadorazo. Un delantero goleador, le pegaba con derecha, con izquierda, fuerza, una velocidad tenía. Jugó diez años en Europa, ha hecho goles en la final del mundo, hizo goles con Independiente, de campeonatos, de Copas Libertadores. O sea, para mí ha sido un jugador extraordinario y que se habla poco. Viste que de los delanteros se habla más de los de afuera que los nuestros.
ver también
Jugó en River y Boca, “retiró” a Bochini y hace 20 años que cambió el fútbol por el polo: “Es distinto a lo que la gente piensa”
ver también
El calvario que vive un ex Boca que luego jugó en River: “No guardo rencor, dejo que me peguen”
