Cada tanto el fútbol nos presenta a jugadores con un talento por fuera de lo normal, pero no siempre logramos ver transformado en realidad todo el potencial que esos jugadores sugerían tener. Adrian Mutu es uno de esos jugadores que estaba llamado a hacer historia, pero que se quedó corto.

De compartir delantera con grandes iconos del fútbol como Adriano, Hernán Crespo o Alberto Gilardino y anotar más de 100 goles en Serie A, a ser rechazado por clubes del fútbol argentino sobre el final de su carrera.

Eso sí, por todo lo negativo que pasó en su vida, incluyendo sus apariciones en videos para adultos, suspensiones por doping positivo y vínculos con la mafia, hoy ha logrado darle la vuelta.

¿Quién es Adrian Mutu?

Adrian Mutu fue un prometedor delantero rumano que no logró cumplir esas expectativas.

Adrian Mutu fue un prometedor delantero rumano que no logró cumplir esas expectativas.

La historia de Adrian Mutu comienza un 8 de enero de 1979 en Arges, Rumania. En el club de la ciudad hizo inferiores y llegó al Dinamo Bucarest, uno de los equipos grandes del país de los montes Cárpatos. Su primera temporada allí fue histórica, con 22 goles en 33 partidos. Inter de Milán no lo dudó y lo fichó inmediatamente.

Pero tras apenas medio año, fue vendido al Hellas Verona y luego al Parma, donde su carrera volvió a despuntar. Allí formó una letal dupla ofensiva con Adriano, un joven y potente delantero brasileño. Ambos se complementaban perfectamente, la potencia de Adriano y la gambeta de Mutu hacían temblar a las defensas rivales.

Adriano y Mutu fueron letales juntos.

Adriano y Mutu fueron letales juntos.

Su sociedad apenas duró un año, pero fue suficiente para alertar a los grandes clubes de Europa. Inter volvió a aparecer, pero ésta vez se llevó a Adriano, mientras que Mutu dio el salto a la Premier League y pasó a vestir de azul, tras fichar por el Chelsea.

Doping positivo en Inglaterra y videos filtrados

Mutu jugó 38 partidos con la camiseta de los Blues, donde compartió delantera con Hernán Crespo, antes de tener que dejar el club. Lo que sucedió fue que, a pesar de una buena primera temporada en el campo, con conquista de Premier League incluida, Mutu era una persona con comportamientos extraños, y José Mourinho, entrenador por aquel entonces en Chelsea, no lo dejó pasar.

Mutu comenzó a rendir peor en los partidos y a viajar mucho a su Rumania natal, hasta que un día el propio club lo sometió a un control anti doping, donde dio positivo por cocaína. Mutu alegó que la sustancia provenía de un producto para mejorar su rendimiento sexual pero no tuvo éxito. Una multa de 25 mil euros y aún más importante, una suspensión de siete meses, terminaron su relación con el Chelsea que decidió despedirlo.

En Chelsea llegó a enfrentarse a Mourinho antes de su escándalo por doping.dv

En Chelsea llegó a enfrentarse a Mourinho antes de su escándalo por doping.dv

La situación de Mutu empeoró antes de mejorar, puesto que el delantero rumano, hasta entonces casado con la actriz Alexandra Dinu, apareció en videos subidos de tono con la actriz de cine para adultos, Laura Andresan. Esto llevó al divorcio de Mutu con Alexandra, quien incluso llegó a denunciarlo.

Mutu se reinventó en Fiorentina

Pasaron unos meses y pudo volver al fútbol. Juventus fue el primer equipo en darle lugar, en una Italia que siempre lo acogió con cariño. Pero apenas seis meses pasaron antes de que dejara la Vecchia Signora y emprendiera rumbo a Fiorentina.

Mutu y Gilardino, una sociedad letal en Fiorentina.

Mutu y Gilardino, una sociedad letal en Fiorentina.

Allí vivió un ‘renacer’ en el fútbol. Su estilo de juego seguía siendo el mismo y volvió a beneficiarse de tener un delantero de jerarquía a su lado. En este caso, ese delantero era el mítico Alberto Gilardino. Con Fiorentina, Mutu jugó 143 partidos y anotó 69 goles en cinco años.

Todo marchaba bien hasta que comenzó a marchar relativamente mal. En enero de 2010, Mutu volvió a dar positivo en un control anti doping. Ésta vez de una droga llamada ‘sibutramina‘, La suspensión, agravada por reincidencia, lo dejó fuera de las canchas por 10 meses.

Todo volvió a irse a pique para Mutu con su segunda falta al control anti doping.

Todo volvió a irse a pique para Mutu con su segunda falta al control anti doping.

Para colmo, cuando ya estaba cerca de cumplir la sanción, se encontró envuelto en una disputa en un bar en Florencia, donde agredió a un mozo y le fracturó el tabique de la nariz. De allí en mas deambuló por algunos equipos menores hasta ponerle fin a su carrera. Llegó a ser ofrecido a Racing Club, pero sus antecedentes fueron demasiado para la dirigencia, que decidió no darle el visto bueno.

Difícil pensar que algo más podía pasar en la vida de Mutu, pero tan cierto como ello es que su historia de vida tiene mucho más. Por ejemplo, Mutu fue vinculado con la mafia rumana, luego de que el Servicio de Inteligencia de su país encontrara llamadas de Nuredin Beinur, un mafioso buscado por la justicia.

Mutu volvió a darle un giro a su vida

Te preguntarás ¿Qué más puede haber pasado en la vida de Adrian Mutu? Pues varias cosas. En principio, volvió a casarse, en ésta ocasión con Sandra Bachici, quien fuera en su momento Miss Rumania, ni más ni menos. Y luego de colgar los botines, inició su carrera como entrenador.

Adrian Mutu volvió a casarse y lo hizo con Sandra Bachici, Miss Rumania.

Adrian Mutu volvió a casarse y lo hizo con Sandra Bachici, Miss Rumania.

“Creo que soy la persona adecuada porque sé lo que sucede cuando un jugador tiene problemas de indisciplina”, declaró Mutu en una entrevista con BBC Sport. El rumano busca poner a servicio de su nueva labor todo lo que vivió en su etapa como futbolista.

En estos años, Mutu ya ha dirigido a clubes de su Rumania natal, incluyendo el Seleccionado Sub 21, pero sus más importantes trabajos se dieron en el Rapid 1923, donde estuvo por 53 partidos. Su última labor fue en el Cluj, donde apenas duró 4 partidos.

Adrian Mutu aún no tuvo el éxito que busca como entrenador.

Adrian Mutu aún no tuvo el éxito que busca como entrenador.

A pesar de que los resultados no lo acompañan, Mutu es ambicioso: “Quiero llegar a entrenar al menos al mismo nivel en el que jugué, y mi sueño es ser el entrenador en jefe de la selección rumana”, sentenció en la mencionada entrevista. Veremos si logra cumplir el sueño de esta nueva vida que inició tras colgar los botines, y en la que busca haber terminado con todas las situaciones que llevaron al fracaso su carrera como futbolista.