Lejos de todo lo que pretendía, Luis Scola tuvo su festejo en el marco de su retiro definitivo del básquet. Una fiesta sorpresa, en modo bien argentino. Familiares, amigos e invitados sorpresa agasajaron al gran capitán, el último pasajero de la Generación Dorada.

Lo había anticipado. Tras los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el pivote de 2,06 metros dejaría el deporte con el que trascendió todas las barreras y cualquier pronóstico. Incuso los positivos que de chico acuñó. Primero, en Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA), cuyo gimnasio lleva su nombre. Y luego, claro, en Ferro, donde cimentó las bases definitivas de su salto a la elite. Incluida la NBA, un oro olímpico en Atenas 2004 y dos subcampeonatos del mundo.

El domingo pasado, en Italia, familia y amigos lo homenajearon. Tal vez, él hubiera preferido que no trascendiera. Pero Paula De la Fuente, mujer Javier Zanetti, el vicepresidente del Inter de Milán, dio a conocer la celebración en sus historias en su cuenta de Instagram y, lógico, se hizo viral. Además de Pupi Zanetti, también estuvo Esteban Cambiasso, un confeso admirador del básquet de toda la Generación Dorada.

Entre globos, guirnaldas y papelitos sobresalió un grito de guerra. El “que de la mano de Luis Scola todos la vuelta vamos a dar” fue la música que abrió el camino para que el ya legendario abanderado de la Generación Dorada fuera recibido. Todos y cada uno de los presentes vestía una camiseta blanca con un logo redondo (de fondo celeste) con la imagen de Luis Scola caminando de espaldas con la camiseta 4. Es la imagen que marcó su cierre de las competencias oficiales en Tokio. Aquella derrota ante Australia por los cuartos de final simbolizó su última vez en la gran escena del básquet mundial. Una caída que quedará en la historia porque cuando quedaba menos de un minuto, Sergio Hernández lo sacó para que recibiera su merecido reconocimiento. Fue tan conmovedora e icónica esa imagen en la que se podía ver a los propios rivales aplaudiendo de pie al capitán del seleccionado argentino que defendió los colores celeste y blanco durante 22 años. El partido debió detenerse. No se podía seguir jugando más al básquet. Por unos minutos todo fue Luis Scola. Sus compañeros lo abrazaron, los rivales lo aplaudieron de pie y el jugador de 41 años, contra su voluntad, él no pudo ocultar su emoción. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y, tras unos segundos, se levantó de la silla para reconocer el respeto. Lo habían agarrado con “la guardia baja, no me lo esperaba –dijo aquel día- porque pensé que iba a terminar el partido jugando. Cuando levanté la cabeza y vi a toda la gente, a los rivales, me emocioné. Lo agradezco mucho de corazón”.

En el homenaje, el propio Scola debió aflojar y dejar de lado sus estructuras para ponerse la camiseta para sacarse una foto con todos los presentes. Scola ya dijo adiós y ya fue nombrado como CEO del club italiano Pallacanestro Varese, donde militó la última temporada.

Es tiempo del Scola dirigente. Es tiempo de verlo del otro lado del rectángulo para, como siempre hizo, apuntalar y bregar por una dirigencia más instruida. Hoy, en Italia. Ojalá que pronto se inicie su época aquí, para potenciar el básquet argentino que precisa más personas idóneas como Luis Scola y menos dirigentes sin otra escuela que el gremialismo que los aferra a su puestos y los aleja de la realidad de un deporte cada día más profesional y competitivo.

La trayectoria de Luis Scola:

Ferro Carril Oeste (1995-1998) fue su primer y único club en Argentina antes de dar el gran salto a Europa, donde se desempeñó como jugador del Gijón Baloncesto y el TAU Cerámina, ambos de España.

En España fue "Rookie" (Mejor Jugador Novato) en 2000 y el Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga ACB en 2005 y 2007. Fue campeón de Liga en 2002, tres veces ganador de la Copa del Rey (2003, 2004 y 2006) y otras tres de la Supercopa (2005, 2006 y 2007), todo con el TAU Cerámica.

A mediados de 2007 se produjo su desembarco a la NBA, dos años después de una frustrada negociación con San Antonio Spurs, la franquicia en la que brilló su amigo Manu Ginóbili.

Los primeros cinco años en el básquetbol estadounidense los pasó en Houston Rockets y, tras su primer año, integró el quinteto de los mejores "rookies" junto con Kevin Durant, entre otros.

Después de jugar una temporada en Phoenix Suns (2012-13) pasó dos a Indiana Pacers (2013-15), una en Toronto Raptors (2015-16) y la última en Brooklyn Nets (2016-17).

Luego de su paso por la NBA, Scola emigró a China para jugar en Shanxi Zhongyo (2017-18) y Shanghai Sharks (2018-19).

Al regreso de Asia, el capitán del seleccionado argentino marchó a Italia para llegar activo al último gran desafío de su carrera: los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Primero jugó en Olimpia Milano (2019-20) y luego en Varese, con el que promedió 17,8 puntos y 6,6 rebotes por partido, según la Liga Italiana (Legabasket).

Su último partido como profesional fue con la Selección argentina el 3 de agosto pasado en la derrota 59-97 ante Australia, por cuartos de final de los Juegos de Tokio 2020. Ese día, sumó 7 puntos y 4. Scola, es el máximo anotador histórico del seleccionado, marcó 2.857 puntos en 173 partidos con el equipo nacional en 22 torneos diferentes. Miembro de la Generación Dorada, disputó cinco Juegos Olímpicos: fue campeón en Atenas 2004, bronce en Pekín 2008, cuarto en Londres 2012 y cuartofinalista en Río 2016 y Tokio 2020.