Caños, lujos, gambetas y tacos. Lastimosamente para Brasil, se gana con goles y, después de un 1-1 magnífico con 120 minutos de fútbol en su máxima expresión, Croacia fue más efectivo desde el punto del penal para meterse en las semifinales de la Copa del Mundo. ¡Batacazo tremendo! 

Parejo. Duro. Disputado. Con buen pie, pero sin negociar la actitud. El primer tiempo entre brasileños y croatas tuvo de todo menos goles. Es que, aunque ninguno de los dos pudo ponerse en ventaja, ambos tuvieron situaciones de gol y sus minutos de tenencia. Los de Zlatko Dalic apostaron al juego colectivo, los de Tite a las pinceladas de sus cracks.

En el complemento el trámite continuó por el mismo sendero. Neymar, Vinicius y Richarlison siempre amenazantes; Modric, Brozovic y Kovacic funcionando como un relojito suizo y manteniendo la posesión de los últimos subcampeones del mundo. Además, cada vez que los sudamericanos lo exigieron, Dominik Livakovic respondió con creces.

Luego, sobre el cierre de los 90 minutos, comenzó a notarse que los europeos venían de un alargue duro ante Japón. Las piernas comenzaron a pesarle, los cambios no le dieron resultado y Brasil se le vino encima. Igualmente, con una gran personalidad y manejando los tiempos gracias a sus excelentes volantes, estiró un nuevo tiempo extra.

Y allí parecía desmoronarse. La Verdeamarela fue y fue, hasta que Ney frotó la lámpara. El 10 tomó la lanza, tiró una pared, gambeteó a Livakovic (hasta allí figura total del match) y definió evitando el bloqueo de Sosa, que se tiró como si fuera la última jugada de su vida. Festejo, fiesta y alivio para un seleccionado que fue a firmar un trámite y se encontró con que tenía que subir el Everest. Pero no estaba todo dicho...

Bruno Petkovic, que desde que había ingresado por Kramaric era uno de los más flojos de la cancha, tomó la única que le quedó de frente al arco y la mandó a guardar. Luego, en los penales volvió a aparecer Livakovic atajándole el penal a Rodrigo y la fiesta fue roja y blanca.

Y sí, pagó por soberbio. Con Tite pensando los próximos bailes, Antony tirando caños en cada posesión y los medios brasileños haciendo encuestas de dónde quedaría mejor bordada la sexta estrella, Brasil se quedó en el camino. Croacia demostró ser un equipo serio y con puntos altísimos. Países Bajos o Argentina, quien pase en el próximo turno, deberá tomar nota.