Luego del triunfo argentino ante Paises Bajos por los cuartos de final del Mundial de Qatar, en las redes sociales se vieron muchas críticas al comportamiento de los jugadores argentinos por sus festejos, en los que particularmente los españoles querían dar clases moralistas.
Tras un partido cargado de polémicas y emociones, por una previa en la que tanto Van Gaal como los jugadores neerlandeses hablaron de más, generando el enojo de Messi y compañia, a tal punto de dedicarle el gol al técnico rival, comenzaron a tratar de "Malos ganadores y malos perdedores" a los jugadores argentinos, diciendo que "los jugadores argentinos volvieron a mostrar su prepotencia y soberbia".
De lo que nadie habla, es del gesto del capitán de los Países Bajos, Virgil Van Dijk, quien en ves de festejar el segundo gol de su equipo, que le daba la oportunidad de llegar al tiempo extra, fue directamente a gritarle el gol en la cara a Lisandro Martínez.
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El defensor del Liverpool, corrió directamente al arco argentino, en donde estaba Martínez arrodillado, con lágrimas en los ojos para gritarle el gol en la cara. Mientras que muchos hablan de la moral del festejo argentino, poco se fijan en el comportamiento que tuvieron los rivales para llegar a esa situación.
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