Es así. Las rachas son para aprovechar. Pero esto ya no es una racha. Es una realidad. A tres meses de haber ganado la Copa América, la Selección Argentina de Lionel Scaloni sigue demostrando que los ahora 24 partidos sin perder no son casualidad.

La víctima ahora fue Uruguay, en el clásico del Río de la Plata disputado en el Monumental, con un 50% de aforo que ovacionó a todos y cada uno de los jugadores, haciendo que la localía se siente y contribuya a la fiesta que se vio dentro del campo.

 

El partido comenzó complicado para los de Scaloni, con Lucho Suárez probando una y otra vez a Dibu Martínez, quien respondió como sabe y no dejó que el arco argentino sufra goles, y en el momento donde más tuvo que aguantar Argentina, Emiliano fue el cimiento principal.

A partir de ahí, todo de la Selección Argentina. Primero abrió el marcador Messi, con un gol totalmente distinto a lo que nos tiene acostumbrados. Minutos después, Rodrigo De Paul amplió la ventaja con un tanto de atropellada, y que hizo emocionar a todos por su festejo casi quebrado en llanto por la ovación que recibió.

En el complemento, se juntaron los autores de los primeros dos tantos con una jugada colectiva preciosa, que terminó en un centro preciso para los pies de Lautaro Martínez, quien sentenció el duelo 3 a 0 para la Albiceleste. De todas formas, Argentina quiso ir por más y por eso no frenó nunca los ataques. Lo del plantel de Scaloni es una cosa de locos. Con 22 puntos y a casi 10 de ventaja respecto a los que quedan afuera de momento de cara a Qatar, la clasificación al Mundial está cada vez más garantizada y asegurada. Pero, paso a paso.