Es digna de admirar la trayectoria de Nicolás Otamendi como futbolista profesional. El jugador que dio sus primeros pasos en Vélez de Argentina demostró en pocas temporadas de lo que estaba hecho y muy joven, partió rumbo al viejo continente para dar el primer gran salto en su carrera.
Porto fue el primer club de Europa que confió en él. Allí jugó cuatro años y tras un breve paso por el fútbol brasileño (Atlético Mineiro), llegó a su primera gran liga de la mano del Valencia. Pero poco lo pudieron disfrutar en España, porque el Manchester City reconoció el potencial y se hizo con sus servicios.
Ahora, tras cinco años muy bien vividos con la camiseta del conjunto inglés, tocó seguir avanzando y regresar a Portugal, pero esta vez de la mano del Benfica, dejándole a su club anterior 15 millones de euros por el traspaso.
Quien se rindió a los pies del defensor argentino fue nada más y nada menos que Pep Guardiola, dejando en claro que haberlo dirigido fue un placer y hasta recordando los sacrificios que el jugador realizaba por el bien del equipo.
“En la temporada que ganamos el campeonato con 100 puntos fue increíble.Jugó con un tobillo roto, tenía 20 puntos … ¡Tiene una mentalidad enorme!”, señaló el histórico DT en conferencia de prensa.
Luego, se despidió de manera pública: “Solo tengo que agradecerle por ser parte importante del increíble éxito que hemos tenido en los últimos años.Le deseo tanto a él y a su familia la mejor de las suertes. Será una de las personas que siempre recordaré en este club”.