Ya es hora que Gervonta Davis tenga lugar en el ranking de los diez mejores peleadores libra por libra de la actualidad. No sólo porque tomó el riesgo de subir a una división desconocida para él y porque terminó derrotando a un campeón como Mario Barrios, sino además porque llenó el State Farm de Atlanta y brindó un espectáculo sensacional; el mejor de un fin de semana con mucha competencia con las presentaciones de Vasyl Lomachenko y Rey Martínez, entre otros.
Si fue un gran espectáculo, como dijimos, mucho tuvo que ver también Mario Barrios, que defendía su título mundial Regular de peso súper ligero de la AMB. El Azteca usó muy bien su distancia durante la primera mitad de la pelea, logrando mantener a Tank a raya y llevándose la mayoría de esos primeros rounds en las tarjetas.
Pero superado el sexto asalto se vio a un Gervonta Davis mucho más explosivo, como perro de presa, y mucho tuvieron que ver algunos diálogos que mantuvo con Floyd Mayweather en su esquina. Si bien Money no formó parte de su equipo de entrenadores, siguió toda la pelea debajo del cuadrilátero, pegadito a la esquina de su pupilo.
En primer lugar, Floyd dijo a Davis que creía en él, que debía salir a definir el pleito y buscar el nocaut. En el octavo, Tank estuvo a punto de conseguirlo enviando dos veces a la lona a Barrios, pero este resistió e incluso recuperó energías en su esquina para volver a plantar dura pelea en el noveno.
Allí fueron todavía más determinantes las palabras de Money, porque le hizo saber a Tank que pese a los dos derribos los jueces lo tenían por debajo en las tarjetas parciales de la pelea. Entonces, había que salir a definir. Y lo definió en el undécimo, quemando a Barrios con un violento gancho al higado del que si bien pudo levantarse, solo sería por unos segundos más antes de seguir recibiendo un castigo tal que llevó al árbitro a parar la pelea.