La Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) dio a conocer que a partir del próximo torneo se implementará el uso del VAR en el futbol femenil. De igual manera informó que aumenta de dos a cuatro el cupo de futbolistas extranjeras por plantel. Pero, ¿qué tan producentes o contraproducentes pueden ser esas medidas?

Para hablar de ello nos acercamos a Andrea Sierra, directora de Campeonas MX. Como comunicadora y aficionada ha estado al tanto de la evolución de la Liga Femenil MX, así como de sus puntos débiles. Por tal motivo ha prestado especial atención a las nuevas normas establecidas por la Femexfut.

Sobre la utilización del VAR, Andrea hace hincapié en que se empleará únicamente en Liguilla, no en temporada regular. Tal decisión genera cuestionamientos. ¿Por qué sólo se aplicará en fase final? ¿Es una solución pensada para beneficio de la liga y el espectáculo o se trata de una iniciativa emergente para calmar las críticas hacia las y los silbantes por su desempeño en la última fiesta grande? Sin embargo, el punto crucial está en las deficiencias del arbitraje que no se han atendido.

“El VAR tiene que ser un apoyo y no una solución al problema. Creo que primero se tiene que pensar en invertir con mejores capacitaciones a los cuerpos arbitrales. No se trata de poner en marcha el VAR y listo. Es necesario profesionalizar a las árbitras y los árbitros para que tengan mejores actuaciones. El uso de la tecnología puede ayudar, sí, pero también puede evidenciar el mal trabajo arbitral”, comenta Andrea.

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Sí, obligará a que tengan mejores actuaciones
Hasta que no se capaciten los cuerpos arbitrales, no

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En la última Liguilla que culminó con el título de Chivas Femenil, el arbitraje estuvo en el ojo del huracán por fallas notables en la marcación de faltas, criterios disparejos en jugadas dudosas y sanciones. Pero ello es simplemente una extensión de los errores constantes al pitar en el torneo regular.

“Otro punto a destacar es el hecho de que se han encendido mucho los ánimos entre aficiones en las gradas y redes sociales por la conducción de algunos partidos. Es importante resaltar que el arbitraje debe capacitarse más y entender que su trabajo impacta fuera de la cancha”, añade Andrea.

Sin embargo, como beneficio de la duda y pensándolo para bien, el uso del VAR precisamente exigirá a las y los propios silbantes estar más atentos a las acciones para no verse exhibidos, además de procurar mayor protección a la integridad de las futbolistas, así como un óptimo rendimiento de los equipos para favorecer el crecimiento de la liga.

Respecto al aumento de dos plazas para jugadoras extranjeras, Andrea es clara: considera que son muchas. Su argumento tiene razón de ser en que apenas estaban acoplándose los equipos a la conformación de planteles con dos futbolistas foráneas, lo que incluía también el proceso de visoría, fichaje y proceso de adaptación.

La medida puede parecer apresurada si se toma en cuenta que en el último torneo comenzaron a verse los primeros efectos favorables en materia deportiva y social con la llegada de extranjeras al futbol mexicano. Los casos concretos de Sarah Luebbert con América Femenil, Uchenna Kanu con Tigres Femenil y Ruth Bravo con Pachuca Femenil demostraron que a través de lo que hicieron en el campo conectaron con sus respectivas aficiones.

“La liga mexicana está creciendo, eso lo saben futbolistas de otros países y claro que les gustaría venir a jugar acá. Pero, ¿a qué equipo vendrían? No todos los clubes pagan igual, no todos los clubes ofrecen condiciones dignas a sus jugadoras y quizá lo que ellas ven como una oportunidad de calidad de vida no sería así. Por otra parte, creo que primero debería de asentarse la formación de juveniles, proyección de talentos y regulación de traspasos antes de dar ese paso”, subraya Andrea.

¿Realmente los clubes cuentan con presupuestos para contratar extranjeras? No todos. Y quienes lo tienen, que son los de media tabla hacia arriba, podrían sacarle provecho a la norma no solamente por el lado deportivo, sino mercadológico: “Imagínate que alguno fichara a Alex Morgan. Ganan en lo futbolístico, pero también ganaría en venta de camisetas, interacciones en redes, venta de entradas. Eso lo veo bien porque pondría al futbol femenil mexicano en un plano internacional de mayor trascendencia”

Finalmente, Andrea matiza que una jugadora extranjera significa sana competencia para una nacional siempre y cuando la futbolista local reciba oportunidades de probarse antes de pensar en una foránea para su posición. Por ahora no ha habido ningún inconveniente con eso porque, como se mencionó antes, los clubes recién estaban ajustándose al modelo de dos extranjeras por plantilla.