Luis Nery tuvo que aprender a convivir con la crítica, que tantas veces lo apuntó como un peleador indisciplinado que no terminaba de explotar su potencial para consolidarse como uno de los grandes campeones del boxeo mexicano. Este sábado, en la Michelob Ultra Arena de Las Vegas, se reencontró con la victoria y avisó por qué todavía deben tomarlo muy en serio en las 122 libras.
Tenía una tarea dura, porque su oponente, Carlos Casto, llegaba invicto en 27 combates, sin empates. Pero empezó a tomar una luz de ventaja desde el primer asalto, cuando logró mandarlo a la lona con un gran golpe de izquierda que lo dejó aturdido.
Pero el combate cobraría gran paridad en los nueve asaltos siguientes, en los que fue Castro quien tomó una mayor iniciativa, aunque quedaron para La Pantera los mejores golpes de la noche. Esa dualidad se vio reflejada en las tarjetas de los jueces, que terminaron otorgando la victoria a Nery en fallo dividido.
“Me gusta que la gente disfrute. Un combate donde haya show, un combate donde haya sangre. Pero también puedo ser un boxeador, como lo demostré esta noche. Puedo fajarme, pero también puedo boxear y ganar por puntuación”, expresó en diálogo con ESPN Knockout.
Y en relación a lo irregular que ha sido su carrera en el último tiempo, agregó: “Sabía que tenía que ponerme las pilas yo. Había cambiado muchas veces de entrenador, tenía que lograr consolidarme. Pero principalmente necesitaba convencerme a mí mismo de lo que puedo hacer”.
