El fútbol peruano se ve nuevamente empañado por un vergonzoso episodio de racismo. El delantero ecuatoriano Eryc Castillo, de Alianza Lima, fue punto directo de insultos raciales en el Estadio Garcilaso de la Vega, Cusco, durante un partido contra Cienciano. Este lamentable incidente, capturado en video tras la expulsión de Castillo, ha reavivado una vez más el urgente debate sobre el racismo en el deporte, un flagelo que persiste a pesar de los esfuerzos por erradicarlo.
Hechos de racismo en el fútbol peruano
No es la primera vez que el Estadio Garcilaso de la Vega es escenario de este tipo de actos discriminatorios. En el pasado, figuras destacadas del fútbol peruano como Julio Landauri y Luis Tejada también denunciaron haber sido víctimas de racismo en el mismo recinto. Sin embargo, uno de los casos más sonados y que trascendió fronteras fue el del mediocampista brasileño Paulo César Tinga en 2014. Durante un partido de Copa Libertadores, aficionados del Real Garcilaso le profirieron sonidos de mono, un hecho que generó una condena internacional unánime y que culminó con una sanción ejemplar para el club anfitrión por parte de la FIFA y la CONMEBOL.
Estos antecedentes subrayan un patrón preocupante de impunidad y una falta de conciencia que parece permear a una parte de la afición en este estadio. La recurrencia de estos vergonzosos actos en el mismo lugar pone de manifiesto la imperiosa necesidad de que las autoridades deportivas y gubernamentales tomen medidas mucho más drásticas y ejemplares. Las normativas de la Federación Peruana de Fútbol contemplan una serie de sanciones para los clubes cuyos aficionados incurran en actos racistas, que van desde cuantiosas multas económicas hasta la prohibición total de ingreso de público a sus estadios.
Castigo contra cantos hacia Eryc Castillo
Sin embargo, la aplicación de estas sanciones ha sido inconsistente o, en muchos casos, percibida como insuficiente para erradicar el problema de raíz. Es absolutamente imperativo que el reciente incidente que involucra a Eryc Castillo sea investigado a fondo, con la máxima celeridad y transparencia. No solo se debe identificar y sancionar drásticamente a la persona o personas responsables de los insultos, sino que también se debe evaluar la responsabilidad del recinto deportivo y del club local.

Eryc Castillo jugando en Alianza Lima a nivel internacional. (Foto: X).
Solo a través de acciones contundentes, que envíen un mensaje inequívoco de cero tolerancia, se podrá aspirar a erradicar el racismo del fútbol peruano. La denuncia, aunque es un primer paso fundamental, debe ser seguida por la aplicación rigurosa e intransigente de las sanciones establecidas. Es crucial que tanto las autoridades como los clubes y la sociedad en general se unan en este esfuerzo para asegurar que el fútbol sea un espacio de respeto, diversidad e inclusión, libre de cualquier forma de discriminación.

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