Si hay algo que dejó bien claro la sanción de dos semanas impuesta por la comisión directiva del París Saint-Germain, es que Lionel Messi no seguirá jugando en Francia más allá del tres de junio, fecha en la que los dirigidos por Christophe Galtier, en el Parque de los Príncipes, se medirán ante el Clermont en su último partido del calendario de la Ligue 1.
Al respecto, en el horizonte de Leo, indefectiblemente, asoma el Fútbol Club Barcelona, quien a pesar de estar afrontando cuestiones legales con LaLiga (el ente que, casualmente, entre otras cuestiones, regula los límites de su masa salarial), se muestra optimista para recuperar al argentino en el próximo mercado del verano europeo.
En ese sentido de mantenerse en las negociaciones sin temerle, aparentemente, al fair play financiero, el Diario AS de España publicó que Lionel Messi hizo llegar al Culé sus dos requerimientos sine qua non para arrimarse a un acuerdo que sería para las dos temporadas que vienen (la primera sería fuera del Camp Nou a causa de la faraónica reforma).
La primera tiene que ver con el contrato. El todavía número 30 del París Saint-Germain, siempre con base en el reporte realizado por el medio anteriormente citado, se sentaría a firmar la documentación pertinente a condición de que esté aprobado previamente por LaLiga (ya estaría el ok para una parte, que es la del plan de viabilidad económica).
Y la segunda está relacionada más con lo estrictamente deportivo. Messi quiere volver a ser el dueño del dorsal 10. Para eso, Ansu Fati deberá resignar el número, tramite que el propio Joan Laporta se habría hecho cargo de resolver, pero se presume que no generará ruido alguno puertas adentro del vestidor del plantel que comanda Xavi Hernández.
