A sus 35 años cuesta saber por donde irá su futuro tras la Copa del Mundo, pero es una realidad palpable y tangente que ha marcado cifras, récords y marcas nunca antes vistas en la Ligue 1. Desde Francia anuncian los nuevos hitos que han llegado a la primera división francesa con el arribo de Lionel Messi. No solo PSG le disfruta.
¿Renovación, vuelta a Barcelona o una nueva aventura lejos de Europa? Es la primera pregunta que se hacen todos los que siguen la actualidad de un jugador que en menos de un mes comenzará por Oriente Medio su quinta Copa del Mundo y por ende una última oportunidad de levantar el único trofeo que todavía no tocan sus manos. Mientras todas las piezas se alinean en cualquier dirección, desde Francia analizan los primeros resultados de un fenómeno llamado Lionel Messi.
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L’Equipe hace un repaso general de las primeras once jornadas de un torneo donde nuevamente PSG manda en todos los sentidos y donde empiezan a verse los primeros indicios de una recuperación económica en la Galia. Las medidas tomadas gracias a la pandemia pasan a mejor vida mientras las gradas se abren en su totalidad y todo la Ligue 1 disfruta de los últimos coletazos del argentino.
Lionel Messi: Getty
Fenómeno social y económico
La ecuación es clara para L’Equipe: nunca en las más de 90 ediciones de la primera división francesa se habían registrado tan buenos números de asistencia en las gradas. El promedio de espectadores por encuentro supera las 23.850 localidades por partido. En Francia no dudan que el impacto de la llegada de Messi, más el adiós de la pandemia y por supuesto la revalorización del fútbol galo por el dinero que llega desde Doha son las claves de un fenómeno que empieza a preocupar en el resto de las ligas.
Y es que ese promedio de 23.850 espectadores por encuentro del torneo que se encuentra relacionado con el fichaje de Lionel Messi se sitúa a solo 2.000 localidades del promedio de la Serie A o a 3.000 de LaLiga. Veremos si levanta o no la Liga de Campeones al final del camino, pero que nadie dude que La Pulga cambió para siempre ese producto llamado Ligue 1.