La Premier League sigue siendo testigo de una revolución puesta en marcha desde hace meses en el barrio de Fulham y que está lejos de detenerse. Chelsea continúa mirando hacia el futuro y en concreto, a uno de los proyectos que tanto faltaron por llevarse a cabo bajo el mando de Roman Abramovic, Todd Boehly alista cifras cercanas a los 1.500 millones de libres.

El empresario norteamericano ha dado un giro de 180 grados a lo que entendemos por Chelsea en la última década y media. Con grandes decisiones en todos los apartados del club de Londres, con despidos de entrenador o personal que caminaban por The Bridge desde hace más de 10 años y con un gasto récord en el mercado de fichajes, Boehly no se detiene y en el Reino Unido ya hablan de su más reciente sueño para los Blues.

 

Uno que no bajará de los 1.500 millones de libras, que supone una cuenta pendiente mirando al pasado y que por encima de todo, es más una obligación que una oportunidad para uno de los miembros del famoso Big Six de la Premier. Mientras recupera terreno en una liga donde hubo triunfo ante Leeds este fin de semana, Boehly mira hacía el 2030 como el próximo gran paso del club de la capital.

¿El final de Stamford Bridge?

Correcto, desde The Telegraph desvelan las intenciones del norteamericano por remodelar la casa de un Chelsea que tiene el feudo con menor capacidad de toda la élite del fútbol inglés. Las apenas 42.000 butacas de The Bridge y la localización del estadio en un barrio donde extenderse es cada vez más difícil, obligan a pensar en nuevos proyectos que apuntan a comenzar desde este mismo verano.

Stamford Bridge view: Getty

Stamford Bridge view: Getty

Boehly, indican desde The Telegraph, maneja tres ocupes ahora mismo para levantar un nuevo estadio que supere como mínimo la capacidad de albergar a 55.000 espectadores. Remodelar el actual estadio del Chelsea, mudarse a otro barrio lejos del oeste de Londres o derrumbar Stamford Bridge para construir un nuevo feudo, las opciones de un proyecto que lleva en boca de todos desde los tiempos de Roman Abramovic, que apunta al 2030 y que no bajará de un gasto de inversión de 1.500 millones de libras.