“Sí, sí, te lo anticipo antes de que me lo preguntes”.
Atiende el teléfono desde Santa Fe, en uno de sus pocos ratos libres. Entre cumpleaños (el propio, en diciembre), cierres de año, Fiestas y demás. Adrián Jesús Bastía ya terminó la temporada en la Liga Totorense y dice que está listo para su próximo desafío. Quiere empezar cuanto antes a dirigir en el fútbol profesional porque tiene un sueño por cumplir: “Diego tuvo el deseo de ser presidente, yo tengo el deseo de ser técnico, obviamente. Quiero dirigir a Racing“, indica en declaraciones brindadas a BOLAVIP.
Diego es Milito, claro. Con quien se consagró campeón en el 2001, en el equipo que dirigía Carlos Reinaldo Mostaza Merlo. Pero la relación con el exdelantero data de mucho tiempo antes. “Diego, qué decirte, nosotros estábamos en la pensión, íbamos a la casa a comer, la relación que tenemos, me pone muy contento que haya cumplido el sueño, espero que pueda llevar a Racing más alto de lo que él lo anheló”.

Bastía fue emblema de Racing y quiere ser su DT en el futuro. Foto Racing Club
“Tardes, mediodías, noches en su casa, los fines de semana completos hacíamos, después de los partidos íbamos a la casa de Diego y era como un hotel para nosotros, un all inclusive. Tenemos recuerdos hermosos del padre, la madre, los hermanos, todos, porque compartimos muchísimo, y la pasábamos un poquito mejor, a la pensión no nos queríamos venir más. El domingo teníamos que emprender el regreso hacia la pensión, que la verdad que nos ha enseñado muchísimo, hemos aprendido, nos ha dejado amigos de la vida, que hoy mismo recordamos, hablamos, nos encontramos, entonces es una etapa de la vida muy linda donde uno se hace amistades que duran para toda la vida”.
Habla de Racing con una devoción que se le siente en el tono. De sus inicios, de su debut en Primera, de pelear el descenso, ir a la quiebra, ser gerenciado y celebrar un título después de 35 años.
“Yo viví todas las etapas. Nosotros somos del riñón de Racing, nosotros las vivimos todas. Nosotros desaparecimos y volvimos a aparecer. En un mismo año jugamos 17 partidos en 20 días. Entonces yo viví la peor etapa de Racing y también viví la que para mí fue la más gloriosa, que fue salir campeón después de 35 años. Puedo decir que viví todas las etapas en Racing. Todas. Todas. Así que estoy tranquilo con eso. No reniego de haber vivido en la pensión, al contrario. A mí la pensión me enseñó muchísimo, aprendí muchísimo. Tampoco estábamos tan mal. La pasábamos bien, nos la teníamos que rebuscar, pero se disfrutaba, extrañábamos como extrañan todos, pero la verdad que eso te hace qué sé yo como sentirlo más tuyo todavía, de lo que vivíamos nosotros, entonces a mí me gustó muchísimo vivir en la pensión de Racing, muchísimo, porque lo disfruté, porque aprendí, porque crecí, entonces la verdad que soy un agradecido y me encantaría que Racing todavía esté mejor de lo que está, está bien. Está muy bien, pero me encantaría que tenga otro predio más, me encantaría que la Primera entrene en un predio 5 estrellas, tiene gente para eso, es grande para tener todo eso, lo tendría que tener ya hace rato, pero de a poquito tenemos que ir creciendo”.
El DT de la Acadé
Después del retiro, estuvo tres años dirigiendo en la Liga Totorense. Primero al Belgrano de Serodino, su último club como jugador, al que fue a jugar por una promesa que le hizo a su amigo Fabián Zanatta, líder y presidente del club. El Capitán falleció en 2020 y por eso el Polaco primero asumió la presidencia y tiempo después se hizo cargo del equipo, con el que salió campeón en el 2023.

Bastia y su cuerpo técnico en Belgrano de Serodino. Foto SoydeBelgra
Pero no fue su único club en esa liga: asumió más tarde en Totoras Juniors. Ahora, dice, ya está listo para pegar el salto a las ligas profesionales, dice. “Es lo que estamos buscando. Creo que ya hicimos una base importante de tres años. Y lo que estamos buscando el siguiente paso es tratar de empezar en el profesionalismo”.
-¿Qué tipo de entrenador sos?
-Agresivo. Agresivo, aguerrido. Agresivo en el buen sentido de la palabra, obviamente. Me gustan el Cholo Simeone, o el Chocho Llop, que mis equipos sean dinámicos, rápidos, que presionen. Por ahí no soy de tener mucho la pelota, pero me gusta atacar rápido.
-¿Te sirvieron estos tres años en la Liga?
-Si, obvio, es un aprendizaje permanente. El fútbol yo lo veo muy similar en todos lados, nada más que a medida que está profesionalizado la exigencia es mucho mayor, entonces las responsabilidades son mucho más grandes. Pero es fútbol, es fútbol en todos lados, siempre va a ser fútbol, no hay que buscarle tampoco tantas vueltas. Hay que siempre aprender cada día de los jugadores y tratar de imponer lo que uno piensa como mejor funcionamiento del equipo.
Dice que tiene dos profes, el analista de video, el entrenador de arqueros y dice que su ayudante de campo puede ser Martín Vitali, otro campeón del 2001. Claro que sueña con, en un futuro, dirigir a Racing: “Obviamente que hay que buscarlo, hay que trabajar, demostrar que uno está preparado para el día que le pueda tocar. El objetivo principal es tratar de encontrar algún equipo que me de la oportunidad y después de ir escalando poco a poco”.
Claro, porque además Racing tiene ahora a Gustavo Costas. Y él tiene mucho para decir sobre el entrenador actual de la Academia.
“Gustavo fue el técnico que me dio la oportunidad concreta, más allá de que Cappa me puso algunos partidos. Después Gustavo fue la persona que realmente se la jugó por nosotros. Si bien, obviamente, a Cappa le estoy agradecido también de por vida por lo que me ha enseñado, lo que aprendí con él, la verdad es que era un momento difícil en Racing y tuve la oportunidad de jugar algunos partidos. Pero Gustavo fue el que dijo ‘muchachos desde acá que agarre yo hasta que me vaya, la oportunidad la van a tener’ y así fue. Hicimos una campaña bárbara, yo lo quiero muchísimo, lo respeto muchísimo y la verdad que lo disfruto muchísimo. Todo lo que él logró en Racing es porque se lo merece, porque siempre se hizo cargo de la situación. Nunca le sacó el pecho”.
-Te bancó pese a que te echaban seguido en esa época…
-Cinco. Una atrás de la otra, como cachetada de loco. Iba mucho al hueso, pero ninguna por falta… Siempre por doble amarilla, ninguna por falta así de mala leche, ni nada por el estilo. Me expulsaban y Gustavo me decía ‘la última, la última’, pasa que se quedaba sin jugadores y me tenía que poner sí o sí.
De aquellos campeones del 2001, además de Milito como presidente del club, hay otro exjugador que ahora está bajo los flashes: Claudio Ubeda, quien asumió como DT en Boca tras el triste fallecimiento de Miguel Angel Russo. “Una tremenda desgracia”, agrega.
“Con Claudio siempre tuvimos relación, con todos los chicos del 2001 tenemos relación, tenemos un grupo, hablamos todo el tiempo, hasta el día de hoy hablamos con Claudio y nos pone muy contentos porque es una persona excelente, siempre trabajó en el fútbol, siempre estuvo en las selecciones, en Racing, en todos lados y hoy le llegó el momento de estar en un club tremendamente importante como es Boca y quedar a cargo por la desgracia de Miguel… Y lo está tomando de la mejor manera, me pone muy contento de que sea así, me pone contento porque es gran tipo, con una gran familia, que lo conocemos, entonces siempre a las buenas personas les va a ir bien en algún momento le va ir bien en la vida”, dice.
-¿Te imaginás enfrentarlo en cancha como entrenador?
-Me encantaría, me encantaría.
Un título en la historia
-¿Qué fue lo más loco que te acordás de aquel título del 2001?
-No, no, todo fue una locura. Era ver a la gente como lo vivía, una locura era salir dos horas y media antes del hotel porque si no nos llegábamos al partido, ir a paso de hombre y toda la gente alentando, caminando por el puente Pueyrredón desde la 9 de Julio hasta la cancha de Racing, a paso de hombre íbamos, eso era una locura. Ver a la gente como iba en tren a la cancha Estudiantes con lluvia, tengo imágenes tremendas de ese año. Después un loco que me siguió en moto para darme una bandera que decía de los 7 pulmones (NdR: decían que Bastía tenía 7 pulmones por todo lo que corría). No, la verdad es que tengo recuerdos muy lindos. Traía todo el tiempo que había pasado, de la cantidad de tiempo que hacía que no salía campeón. Entonces eran momentos muy especiales para Racing también.

En el equipo campeón del 2001 está su futuro ayudante de campo, Pelotín Vitali. Foto Racing Club.
-¿Cuál fue el partido clave?
-Tuvimos varios. Con San Lorenzo, el partido de Estudiantes. Esos dos partidos fueron tremendos. El de Estudiantes, estábamos para la cachetada y nos recuperamos de un 2 a 0, tremendo. Y después contra San Lorenzo en cancha nuestra fue muy lindo partido, River también. Hay muchos partidos buenos. Aparte todos los domingos era ‘bueno, un pasito más, y un pasito más, y un pasito más’ y lo dábamos, y lo dábamos, y lo dábamos. Y cuando en cancha de Huracán nos anulan los dos goles con Banfield, legítimo el del Chanchi (Estévez), estábamos tranquilos porque habíamos jugado un partido bárbaro, habíamos sido superiores y lamentablemente no pudimos ganar pero veníamos jugando muy bien, el equipo estaba en su mejor forma y faltaba que pasaran los partidos para demostrar que nosotros el título lo íbamos a ganar.
-¿Sentías esa presión de los 35 años sin ser campeón?
-No, eso se lo llevó Mostaza. La verdad que hizo un gran trabajo en eso. Eso se lo puso Mostaza en la espalda y lo cargó él y nosotros solamente salíamos y disfrutábamos y enfrentábamos cada partido como si fuera el último y así nos fue, porque creo que esa gran responsabilidad la agarró Mostaza.
-El día que dijo “ahora vamos a salir campeones”, ¿ustedes lo escucharon ahí o recién a la noche en Fútbol de Primera?
-No, no. Mostaza entró al vestuario y nos dijo ‘Ya lo dije’. No sabíamos de qué estaba hablando. ‘¿Qué qué dije? Que vamos a salir campeones’. Y nos empezamos a reír todos porque él era el único que no quería decirlo, él era el único. Un personaje lindo, la verdad que a Mostaza le tengo un cariño enorme, me ha enseñado mucho hasta el día de hoy lo llamo, hablo, tenemos una relación muy fluida, muy linda, muy sana y estoy agradecido porque me ha enseñado muchísimas cosas de lo que es la vida y el fútbol, obviamente. El después me llevó a Estudiantes, me quiso llevar a River, la verdad que con Mostaza estoy agradecido.
-Se notaba esa relación en aquel momento.
-Es que Mostaza jugaba en la posición que yo jugaba, y se veía un poco reflejado a mi estilo de juego, él era como yo, éramos medio patadura los dos y corríamos para los que jugaban bien, entonces por ahí se había reflejado en mí y me enseñaba cosas del puesto. Yo agradecido porque la verdad que yo sentía una responsabilidad doble al momento de salir a la cancha, demostrar toda la confianza que él me daba y tratar de no fallarle.

Mostaza y el Polaco: rubios, número 5 y “pataduras” según Bastía. Foto Racing Club.
-¿Por qué no fuiste a River?
-No sé, a mí me tenían que comprar en ese momento. Yo estaba en un buen momento y obviamente cuando los jugadores están bien, valen mucha plata y por ahí, para el fútbol argentino, esas transferencias no se daban tan fácil.
En aquellos años, entrevistar al Polaco figura excluyente del Racing de Mostaza era todo un desafío. En el 2001 y después también. Le gustaba mantener un perfil bajo pero era uno de los que ponía la cara para pelear premios ante la gerenciadora Blanquiceleste SA.
“La verdad es que yo me peleaba con todos en ese momento. Estaba en un momento de mi vida que hoy tengo una tranquilidad totalmente diferente a lo que tenía antes. Era temperamental. Y no me peleaba por cosas innecesarias, yo defendía lo mío, lo que creía que el equipo necesitaba, no sólo lo mío. Y a lo mejor ellos no lo pensaban de esa manera, o empezaban a ver otras prioridades que no era el plantel. Y bueno, nada, y por eso chocábamos muchas veces, pero teníamos un buen complemento, porque yo era el que chocaba, Claudio (Ubeda)
apaciguaba y estaba el Flaco Campagnuolo que ponía a paños fríos a todo”.
-¿Te volvió a pasar algo tan raro como que les cobren las medallas por salir campeones?
–No, porque no gané más, jaja. La verdad es que después de tanto tiempo que nos hagan una cosa así fue bastante doloroso y más que todo gracioso.
“Yo creo que si ese título lo hubiésemos ganado hoy, con todas las redes sociales que hay, con todas las cosas que hay, hubiese sido una bomba mundial. Porque hoy aparecés en todos lados, después de 35 años imaginar lo que hubiese sido Racing al salir campeón. Hoy hubiese sido la noticia deportiva del año. Pero fue en un momento de un país destruido, hizo más ruido lo que pasaba en el país que lo que pasó con Racing. Pero al menos tuvimos la oportunidad dentro de ese caos de tener una felicidad”.
-Igual preferías el perfil bajo…
-Pasa que hoy el jugador tiene mas herramientas para afrontar un montón de cosas, nosotros salíamos crudos a los micrófonos, salíamos crudos a hablar con cualquiera. Hoy tenés coaching, hoy tenés psicólogo deportivo, hoy tenés un montón de posibilidades que te dan herramientas para tratar de tener un mejor diálogo, una mejor relación. Las cosas fueron cambiando y bienvenido sea.
-De hecho estuviste haciendo un curso de coaching.
-Lo acabo de terminar, un coaching deportivo de un año. Uno ya con la edad que tiene ha perdido muchísimo en la vida, sobre el trato del día a día. Pero creo con esto le ponés un título a todo, lo vas acomodando en la vida, no está tan desordenado todo lo que vos querés hacer para planificar, para tratar de encontrarte en una reunión un poquito más armado, al momento de afrontar un plantel tenés un mejor diálogo, una mejor charla para visualizar por ahí algunos aspectos que antes veías. Hoy los puedes visualizar y los podés abordar de distinta manera. Me ha servido muchísimo y hay que ponerlo en práctica y tratar de usar las herramientas uno tiene. Obviamente que después el fuego sagrado que tiene uno para jugar a la pelota eso lo lleva siempre. ¿Me voy a calentar en su momento? Y seguro que sí, pero me sirve y mucho.
Su vida no fue sólo Racing. Pasó por España, Rusia y Grecia. Jugó en Estudiantes, Colón y Rafaela. Con altos y bajos, pero su paso por la Academia está claro que fue lo más fuerte que le pasó. Y su salida no fue fácil.
“Me fui triste, llorando, caminando por los pasillos de la cancha porque era mi casa, porque vivía ahí abajo. Pero sabía que era el momento también, porque tenía que hacer una diferencia, ya estaba con la dirigencia un poco también… Habían pasado muchas cosas, estaba muy desgastado. Tenía que salir de ese entorno para volver a entusiasmarme con el fútbol, la había pasado muy mal cuando estaba De Tomasso (sucesor de Fernando Marín) y un montón de situaciones. Ya creía que era hora de un cambio para poder pegar un salto en lo económico y lo tomé de esa manera, me sirvió muchísimo a mí y después no se dio. Feliz, tranquilo y sabiendo que había dado todo, que le di un título después de 35 años, que eso quedó una historia para toda la vida y que quedé en la historia para toda la vida de la institución”.
Fútbol y Mountain Bike
Ya dejó la dirección técnica de Totoras Juniors y mientras espera qué puede salir en el futuro, Bastía despunta el vicio jugando en el Senior de Racing. “Como me siento bien, como estoy bien, como el Senior se ha puesto lindo para reencontrarse con compañeros, entonces viajamos de vez en cuando a jugar”, cuenta.

Jugando para el Senior de Racing. Foto IG
-¿Te falta que Milito te deje jugar en el Cilindro?
-Sí, ya le dije dos tres veces, pero bueno, medio que me esquiva, medio que se está haciendo el que no, que la cancha está fea, pero ya lo vamos a convencer.
-¿Te cruzaste con alguno que te protestó por alguna patada del pasado?
-No, todavía no, pero yo no era de pegar, por eso todavía no me cruce a nadie, pero el otro día en el Senior me crucé con el Chori Dominguez le metí un poquito y me dice el Chori ‘¿Me vas a pegar?’. Y si, Chori, le digo, ¿qué queres que haga? Y se reía. Son cosas de futbolistas y vamos a divertirnos, ahora la pasamos bien y nada más. Obviamente nos enojamos y perdemos pero hasta ahí.
-¿Estás jugando igual?
-Si, estoy más lírico, estoy más lírico. Osea, busco más el arco en frente, no sé. He aprendido bastante, ja.
Su buen estado físico no es casualidad. Se entrena y mucho para estar prácticamente igual que cuando jugaba, pese a estar cerca de cumplir 47 años. Y es que la bicicleta es su otra pasión. La mountain bike para ser más precisos. No es sólo un hobby. Con Lito Oviedo, el mismo entrenador que suele hacer rodadas con Lionel Scaloni, el Polaco despunta sus ganas de andar por los senderos.
“Con Lito fuimos mejorando. Nos ha enseñado mucho, tuve la suerte de conocerlo a través de un amigo y generamos una relación ya hace un año, un vínculo bárbaro, cada vez que podemos nos juntamos y pedaleamos, también hacemos pesca juntos, él es un gran apasionado de la pesca y nosotros somos grandes pescadores de la zona, él se viene para nuestra zona y lo llevamos a disfrutar de los ríos que tenemos de acá, del hermoso Paraná y todas sus especies. Tenemos una gran relación y es una persona maravillosa, brindado siempre una comodidad tremenda cada vez que hemos ido a Córdoba y creo que estoy dando el salto de calidad que necesitaba”.

Bastía equipadísimo compitiendo en mountain bike. Foto IG.
Dice que lo invitó a correr la clásica 7 Lagos que recorre los lagos de la Patagonia, pero que todavía no se siente listo para una competencia tan dura. Sin embargo, se apunta a un desafío clásico de los bikers: “Ahora si Dios quiere y se puede, el año que viene vamos a hacer la Río Pinto“. Ya fue a Calamuchita y logró un cuarto puesto con su compañero.
-¿Cuándo empezó esto de la bicicleta?
-Cuando estaba en Colón andábamos siempre en bici y después ya hace un año que le estamos metiendo más profesionalismo, mejores bicicletas, mejores entrenamientos, salimos cuatro o cinco veces por semana, más seguido a eso me refiero.
-Scaloni dice que cuando va por la montaña lo ayuda a pensar menos, ¿vos qué preferís?
-Acá no hay muchos circuitos, todo es más llano. Entonces cuando vos vas por los caminos de tierra, los rurales donde andamos nosotros, por ahí se torna un poquito aburrido y pensás boludeces. Y cuando vos vas en un circuito lo que haces es estar concentrado todo el tiempo porque al mínimo error besás la tierra, entonces tenés que ir totalmente concentrado y no te podés distraer y la cabeza está en eso por eso está mejor un poquito la montaña.
Dice que por ahora está en esa montaña, pero que está listo para subirse a la otra, a la montaña rusa que significa ser entrenador en el fútbol argentino. El objetivo ya lo tiene claro hace rato.







