Los amantes del fútbol que tengan más de 30 o 35 años recordarán aquella goleada histórica de Estudiantes a River en el Estadio Monumental en el año 1997 por 4 a 1 con dos goles de Martín Palermo y el festejo meditando en el córner, lo que pocos sabrán que es esa mítica celebración tuvo un cerebro: Manuel Santos Aguilar, popularmente conocido como Sopa. Pasó por las inferiores del Millonario, se terminó de formar y debutó en Primera en San Lorenzo, tuvo un breve paso por All Boys, estuvo unos meses en el fútbol sudafricano, en la época caliente donde Nelson Mandela promovió la unión de la Sudáfrica blanca y la Sudáfrica negra, dejó su huella en el Pincha, fue campeón en Talleres y se retiró en el fútbol del Ascenso.
En una entrevista exclusiva con BOLAVIP, Manuel Santos Aguilar repasó sus comienzos, contó por qué en River le dijeron que no, cómo fue ser compañero en Inferiores de Javier Milei, cómo fue su conflictiva salida de San Lorenzo, por qué eligió ir a Sudáfrica, sus años en Estudiantes, definió en pocas palabras a Scaloni, Palermo y el Profe Córdoba, recordó con gran cariño su paso por Talleres, contó cómo fue que se hizo abogado y cuáles son sus expectativas a futuro.
-¿Cuándo aparece el fútbol en tu vida?
-Mis inicios fueron entre los 70 y los 80, primero en el potrero y ya a partir de los 9 años me fui a probar a River. Me acuerdo que mi vieja fue a comprar una entrada para mi papá y vio que había prueba de jugadores y fuimos.
-¿Cómo fue tu paso por River?
Hice Infantiles hasta jugar en Novena, ahí me dijeron que tenía que quedarme un año más por una cuestión física y me quedé en Novena y en Octava me dijeron que no había crecido y que si tenía alguna otra oportunidad en otro club que no la desaprovechara. En ese momento también me ofrecieron quedarme, pero no en AFA, sino en lo que hoy en día es Liga Metropolitana.
-¿Te acordás de aquel primer ídolo de la infancia o adolescencia?
-Sí, en esa época del año 78 estaba Ángel Labruna de técnico, estaba el Pato Fillol, el Beto Alonso, JJ López, creo que estaba también Luque, estaba Ramón Díaz. Me acuerdo que mi papá me llevaba a verlos y me encantaban. Cuando estuve en River hasta me daba vergüenza sacarme una foto.

Manuel Santos Aguilar junto a su padre, quien lo acompañó en toda su carrera deportiva. (Foto: @manuelsantosaguilar).
-Después de River llegás a San Lorenzo, ¿cuándo te diste cuenta que estabas para llegar a ser profesional?
-En esa época éramos más de jugar y disfrutar, pero fui viendo mi evolución. En Octava en San Lorenzo sentí que todo se acomodaba, el chico que estaba como lateral izquierdo era derecho y lo pasaron a la derecha, entonces ahí agarré yo la titularidad en el sector izquierdo y no la dejé más. En Sexta División jugamos una final contra un Argentinos que era impresionante, lo tenía a Cáceres, Redondo y algunos más. Nosotros le ganamos una final y ahí ya empezó la ilusión. También me acuerdo de la etapa de Reserva y empezar a entrenar en Primera. Ya para los 16 o 17 años empecé a aspirar a debutar en Primera, me tenían visto y dependía de mí ganarme la posibilidad. Otro momento clave fue cuando a los 18 me preseleccionaron para un Mundial Juvenil, que se iba a jugar en el 89 en Arabia Saudita, previo a eso fue el Sudamericano en el cual fui convocado, quedé en el listado, pero por cuestiones extra futbolísticas quedé desafectado a tres días de iniciar el torneo.
-¿Por qué crees que quedaste afuera del Sudamericano?
-Yo creo que hubo compromisos o cuestiones de relaciones. En ese momento viajaba mucho el que era presidente de Gimnasia con la delegación y en el puesto mío había quedado un chico que jugaba en la Sexta División de Gimnasia y yo ya jugaba en la Reserva de San Lorenzo. Pero el tiempo todo lo acomodó y al Mundial de Arabia Saudita terminé yendo yo.
-En San Lorenzo compartiste en la etapa formativa con Javier Milei, ¿qué te acordás de aquella época?
-Sí, él es una categoría más chica, él es 70. Estuvo ahí, la verdad que lo tenía visto. Al ser arquero ellos hacían trabajos específicos. Lo que recuerdo es que tenía el carácter que tiene ahora, me acuerdo que se tiraba de palo a palo, estaba esa locura sana típica de los arqueros.
-¿Qué balance hacés de tu paso por San Lorenzo?
-San Lorenzo fue mi segunda casa, más cuando uno hace todas las Divisiones Inferiores. Ellos mi brindaron todo, era una época muy complicada del club, había muchas falencias, pero por suerte hoy en día mejoró todo. Más allá de la inexperiencia de ser joven, pudo enfrentar alguna situación que consideraba injusta, creo que todo pasó y le tengo un gran respeto y cariño a San Lorenzo.
-Después de San Lorenzo pasaste al fútbol de Sudáfrica, ¿cómo se dio eso y qué recordás de aquella experiencia?
-A Sudáfrica decido irme porque había quedado separado del plantel de San Lorenzo porque no pude ser transferido, entonces después de las elecciones ellos no me dan el pase porque era patrimonio del club, pero sí era negociable y en ese momento no hubo oportunidad. Me quedé en el club hasta que me rescindieron el contrato y el único mercado que estaba abierto era el sudafricano que recién se habían asociado a la FIFA. Era empezar el recambio, entonces quise cambiar de aire y sino poder volver a reinsertarme en el fútbol argentino. Estuve seis meses allá y volví a Argentina para jugar en All Boys.
-¿Alguna perlita de aquellos meses en Sudáfrica?
-Llegué en una época muy movida, fue la liberación de Mandela, estaba la cuestión del apartheid también. La verdad que en ese momento no era tan consciente de todo, no había tanta tecnología. Tuve la suerte de viajar ahí y encontrarme con ese país que hoy es una rica historia. Me parece excelente el mensaje de Mandela, decir que estamos todos unidos, tanto blancos como negros y que se termine el racismo, fue un gran gesto y le hizo muy bien a la humanidad. Recuerdo estar en Johannesburgo, esperando para ir a Ciudad del Cabo y ver manifestaciones masivas desde el puso 15 o 16 de un edificio.
-¿Estudiantes fue un antes y un después en tu carrera?
-Estudiantes me brindó la posibilidad de volver a disfrutar de jugar en el fútbol grande. Hicimos una gran campaña en la B y ascendimos. Estuve muchos años, es un club ordenado, cualquier jugador de Estudiantes se puede adaptar a cualquier fútbol mundial, sobre todo por las enseñanzas. La escuela de Bilardo y Pachamé. Un espíritu táctico, técnico, físico y de entrega. Es un combo que te lleva a poder lograr cosas importantes. Estudiantes hizo un camino que lo llevó a estar entre los seis mejores del país.

Héctor Enrique y Sopa Aguilar. (Foto: @manuelsantosaguilar).
-Te acercás al reiki, ¿qué te decían tus compañeros de Estudiantes? ¿Cómo nace aquel famoso festejo en el Monumental?
-Tengo la iniciación hasta tercer grade de reikista. Cuando estaba en Estudiantes, había hecho la apertura como reikista y en una concentración, el Profe Córdoba me felicitó delante de todos los compañeros y ahí empezó la curiosidad de ellos. Yo siempre fui muy espiritual y de querer investigar, capaz el jugador de fútbol busca ese respaldo. Busqué estabilidad emocional y equilibrio y tratar de controlar esa ansiedad de querer que todo se resuelva rápidamente antes de un partido. Lo practiqué con algunos compañeros que me lo solicitaron y justo se dio la noche previa al partido contra River que le hice reiki a Martín Palermo y al otro día ganámos en el Monumental 4 a 1 y lo festejamos de esa manera.
-Definime en pocas palabras a: Martín Palermo, Lionel Scaloni y el Profe Córdoba
-Martín Palermo: una excelente persona, un goleador de raza, un luchador que nunca bajó los brazos, creo que peleó contra viento y marea, pero puedo rescatar su humildad.
-Lionel Scaloni: de Lionel puedo decir lo mismo. Cuando llegó a Estudiantes era un chico joven con un futuro tremendo y haber sido compañero de él me enorgullece, más allá de lo que fue la parte futbolística. Hoy en día cuando me lo cruzo a él o a cualquiera de mis ex compañeros es como que no pasa el tiempo.
-Profe Córdoba: fue un adelantado, pero lamentablemente no tuvo las oportunidades que merecía. Una persona muy inteligente y sí recuerdo que ayudó a muchos jugadores del club a formarse.
-Llegaste a Talleres y fuiste campeón de la Copa Conmebol, ¿qué significa para vos ese título?
-Antes de Talleres pasé por Colón y no quiero dejar pasar que fue un gran grupo del que tengo grandes recuerdos. Después llegó a Talleres y fue una gran experiencia, el grupo consideró que teníamos que afrontar el torneo de menor a mayor, fuimos pasando las rondas y pudimos lograr el objetivo por la unión del grupo y la gran conducción de Ricardo Gareca. Muy buena gente y los logros siempre dejan una huella. Lo que más agradezco de todo eso es que hoy en día seguimos siendo reconocidos, es una caricia al alma.

Manuel Aguilar fue campeón de la Copa Conmebol 1999 con Talleres. (Foto: Gentileza Manuel Aguilar).
-Cerrás la carrera deportiva en el Ascenso, ¿te fue difícil el retiro?
-No fue fácil. Gracias a Dios no me retiré por lesiones, sino más bien porque el sistema me desplazó. Insistí y no tuve nuevas oportunidades. Empecé a bajar de categoría, medio que los equipos a los que vas cayendo te obligan a retirarte.
-Te recibiste de abogado después del retiro, ¿por qué tomaste la decisión de estudiar una carrera después del retiro?
-Ya en el 97 había empezado la carrera de periodismo deportivo y la tuve que dejar. Después hice un terciario en River como para ser Secretario Técnico o mánager. Pero quise hacer una carrera universitaria, la empecé a los 37 años y me recibí a los 43, fue la carrera de derecho. Hoy en día estoy esperando que se me presente alguna oportunidad en el fútbol, quizás ya con otro conocimiento.

Manuel Aguilar se recibió de abogado a los 43 años. (Foto: @manuelsantosaguilar).
-¿Qué expectativas tenés de acá a un mediano plazo? ¿Te gustaría volver al mundo del fútbol?
-Desde que terminé de capacitarme, tuve expectativas de volver al fútbol, pero a veces las cosas no salen como uno desea. A la vez también hice el examen de agente FIFA hace más de diez años, pero no puedo lograr encontrar el equilibrio necesario, así que uno va apostando a la profesión de uno que es la de abogado. Mi deseo y mi sueño es poder trabajar en algún club y poder estar dentro de una estructura deportiva. Yo tengo preparación.







