Josep Maria Bartomeu no pudo haber hecho peor las cosas en su último tiempo en el Barcelona. Desde los rumores de la salida de Messi hasta su propia salida, en el medio ocurrió la partida de Luis Suárez en las peores condiciones posibles. En medio de un cambio de entrenador que lo consideraba prescindible como con la asunción de Ronald Koeman, el por entonces Presidente del Fútbol Club Barcelona prácticamente se sacó de encima al delantero uruguayo, aceptando una oferta del Atlético de Madrid de oncemillones de euros, de los cuales seis millones eran en variables como la clasificación a cuartos de final del Aleti en la Champions o si Lucho jugaba 20 partidos en la temporada.
Sin embargo, no queda solo ahí la desastrosa negociación de Bartomeu, sino que a la hora de arreglar el contrato con el Aleti, cantó retruco. En el Barcelona, Suárez cobraba un sueldo de 15 millones de euros al año, y en el Atlético, que tiene un poder adquisitivo menor que el Blaugrana, su salario iba a disminuir claramente. Pero, como a Lucho le quedaba un año de contrato vigente en su ex club, se acordó que el equipo catalán la pagaría por lo que duraba su contrato anterior la diferencia respecto a lo que gana en el Atlético de Madrid. Esa diferencia es de ¡seis millones de euros!
Esto quiere decir que Bartomeu dejó al Barcelona con un contrato a pagar de un jugador que hizo partir del club por la puerta de atrás. Toda su mala gestoría del traspaso y de su último tiempo en el Culé le terminó de reventar en la cara hoy, 22 de mayo, cuando el Atlético de Madrid salió campeón, con Lucho Suárez como estandarte.
Para buena noticia de la nueva dirigencia blaugrana, el sueldo de Suárez dejará de pagarse a partir de la próxima temporada, ya que en el contrato original entre el delantero y Barcelona se extendía hasta fines de la temporada 2021. Tenía una opción de extenderlo por un año más pero está claro que ninguno lo aceptará.