El Manchester United lleva demasiado tiempo alejado del camino de la felicidad. Hoy atraviesa un andar irregular en la Premier League (9°) tras firmar la peor temporada de su historia en el torneo. Como si eso fuera poco, coronaron el curso pasado perdiendo la final de la Europa League ante el Tottenham y, con ello, dejaron escapar un premio de más de 100 millones de euros.
La herida deportiva fue profunda. El United viene de terminar en la decimoquinta posición de la Premier y sin clasificar a competiciones internacionales, con registros ajenos a su esencia: 11 victorias, 9 empates y 18 derrotas. Ese golpe deportivo y económico dejó al club en una situación prácticamente insostenible en el tiempo. Y mientras los hinchas piden un proyecto sólido, la dirigencia busca soluciones rápidas para que las arcas del club no sigan vaciándose.
Para ello, según informó The Sun, el equipo dirigido por Ruben Amorim, tiene un plan: aprovechará los huecos que tenga en el calendario, puesto que no compite a nivel europeo y quedó eliminado de la FA Cup, para organizar amistosos internacionales en medio de la mitad de temporada. A eso se le deberá sumar un freno de ocho días que tendrá la Premier en futuras semanas y los dos parones de Selecciones que restan en el año.
En cada una de estas interrupciones es donde el United quiere explotar su tiempo. Incluso ya habría dado los primeros pasos para preparar duelos contra rivales de peso que tampoco participan en Europa, como Milan, Leipzig, Lazio o Sevilla.

Manchester United disputará amistosos para recuperar dinero y mejorar el rendimiento futbolístico (Getty Images).
El doble beneficio de los amistosos que planea Manchester United
Más allá de significar una oportunidad para elevar el nivel deportivo, la clave de esta idea está en lo económico. Es que los partidos no se jugarían en Old Trafford, sino que en los Emiratos Árabes Unidos, donde las giras internacionales suelen dejar ingresos millonarios en concepto de taquilla, patrocinadores y derechos televisivos.
A su vez, es cierto que con esta estrategia no alcanzarán los 100 millones perdidos en la final de Europa League, pero los amistosos sí representan una inyección de dinero fresco que aliviará la delicada situación financiera y permitirá maquillar, en parte, las continuas desilusiones del equipo en la cancha. Mientras tanto, el desafío deportivo sigue intacto: reconstruir un Manchester United competitivo que vuelva a acercarse a aquellas glorias pasadas.

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